“La tentación de usar el petróleo como arma política ha sido demasiado fuerte para que los países árabes y asimilados resistieran a ella: favorecía la impresión de poder – consuelo de muy varios resentimientos históricos - , permitía ejercer presión política eficaz, finalmente para satisfacer la codicia y lograr un súbito enriquecimiento, lo que podríamos llamar premio gordo de la gran lotería geológica”. Así empieza el capítulo “La otra Alternativa”, bajo el título “El sputnik de la energía”, del libro de Julián María “La España real”[1], que he estado rehojeando en el fin de semana pasado y que me acordé de ese párrafo a tenor de la situación bélica de Ucrania y el juego de poder y de secuestro en Europa con los recursos energéticos.
El volumen que he vuelto a tener en mis manos en estos días, es un compendio de cuatro libros que me regalaron en 1999 y que el autor escribió entre 1976 y 1981, analizando la realidad de mi país en un momento clave de su historia, conocido como "la transición". Reflexiona Marías acerca de los cambios que en aquellos momentos se estaban registrando. Coincido con la reseña de la contraportada en que, debido a su excepcional lucidez premonitoria, el producto de esas reflexiones mantiene intacta su vigencia, reflejando frescura y la veracidad de la observación directa de los sucesos en el momento en que se produjeron. Parte de este texto también se ha editado en el sitio book—post, bajo el título “La España real”. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Marías, Julián. La España Real. Espasa Calpe. 1998.
Hace unos días, inserté en el Social Media que frecuento el video clip de la canción Miss Sarajevo, con Luciano Pavarotti, Brian Eno, Bono, The Edge, y la pregunta: “Odesa, Jerson, Mariúpol Leópolis, Kiev... ¿Quién les cantará?”. Pues bien, parece que se está respondiendo a la cuestión. Recientemente, Pink Floyd ha publicado “Hey Hey Rise Up” (Oye, oye, levántate). Espera mi respetado David Gilmour que el proyecto musical reciba un amplio apoyo y publicidad, por lo que es para mí una obligación y, a la vez, un placer, aportar un granito de arena a ese anhelo de David, dedicando el texto de esta mañana.
El título está tomado de la última línea de la canción, que se traduce como "Oigan, oigan, a levantarse". La letra es recitada por Andriy Khlyvnyuk, de la banda ucraniana Boombox, tomada de su publicación de Instagram en la Plaza Sofiyskaya de Kiev, cantando 'The Red Viburnum In The Meadow', conmovedora canción de protesta ucraniana escrita durante la Primera Guerra Mundial. Con esta iniciativa, Pink Floyd quiere expresar su apoyo a Ucrania[1]. A continuación inserto el vídeo, alojado en Youtube cortesía de Pink Floyd. Fuente de la imagen: Alexandra Koch en pixabay.
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[1] Y mostrar que la mayor parte del mundo piensa que está totalmente mal que una superpotencia invada el país democrático independiente en el que se ha convertido Ucrania.
Preguntó Rocío si se había realizado alguna acción política o legislativa en mi país en relación con la prevención del blanqueo de capitales y el conflicto de Ucrania. Remití al texto publicado en el Sitio Prevención del Blanqueo, bajo el título “Sanciones con motivo del conflicto de Ucrania”[1], donde me hacía eco de la información del Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias de España (SEPBLAC), sobre la comunicación informativa a las personas y entidades obligadas a aplicar sanciones financieras internacionales impuestas por los Reglamentos de la Unión Europea (UE) con motivo del conflicto de Ucrania, publicándose en la página web del Tesoro Público[2] un comunicado que comprendía una relación de las disposiciones aprobadas por la UE en el marco de un paquete de sanciones financieras internacionales. El documento contiene enlaces a la lista consolidada de sujetos y entidades sometidos a sanciones financieras internacionales de la UE y a las disposiciones UE de aplicación[3].
También, incluye un apartado de orientaciones para la aplicación de sanciones financieras internacionales en el ámbito de la UE, desde nuevo régimen de sanciones hasta ampliación de sanciones económicas; y la normativa de aplicación, en cuanto al régimen de autorización de transferencias, congelaciones y bloqueos, y liberación de fondos. Dentro de las obligaciones de aplicación por el sector privado, derivadas de este paquete de sanciones financieras internacionales, se encuentran las de Inmovilización de todos los fondos y recursos económicos que sean propiedad[4], imposibilidad de poner fondos o recursos económicos, directa ni indirectamente, a disposición ni en beneficio de personas físicas o jurídicas, entidades u organismos que se incluyan en la lista del anexo; comunicar e informar a las autoridades competentes de las actuaciones anteriores, en este caso la Subdirección de Inspección y Control de Movimientos de Capitales[5]. Fuente de la información: SEPBLAC. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
Desde luego, si la Humanidad no ha desaparecido ya, es cuestión de tiempo, porque no hemos terminado de despertar al ángel apocalíptico pandémico cuando ya estamos jaleando nuevamente al ángel de la guerra. Mientras, a nivel macroeconómico, las Bolsas caen por temor a una recesión y el Banco Central Europeo (BCE), ya está pensando en tomar medidas para contener la inflación y la temida estanflación, de la que te escribí en “Estanflación”[1], está sintiéndose nuevamente. Lo anterior puede que al apoltronado “españolisto” le parezca indeterminado o lejano, pero a corto o, a muy tardar, a medio plazo (dependiendo de su nivel de confortabilidad), lo macroeconómico afectará a su “acomodada vida”.
La imagen es de un vino de mi pueblo, regalo de Paco (Gracias), producto que parece que ha llegado, exportado, a Letonia o a la propia China. Me alegro. En el sitio Economía sostenible, bajo la explícita pregunta ¿Qué es la macroeconomía?[2], escribía sobre ese término económico. La macroeconomía es la ciencia que estudia esos impulsos o potencias que intervienen en el conjunto de la economía y la condicionan o afecta, es decir, la conducta de los sectores privados y públicos de una sociedad en su interacción con ella misma y con otras sociedades en el mercado global, utilizando conexiones de variables, a modo de agregación de variables particulares concernientes a las familias, las empresas o la Administración Pública[3].
Siguiendo a Wonnacott[4] y Mankiw[5], la erudición macroeconómica observa el comportamiento global de la economía mediante arquetipos teóricos, llamados modelos macroeconómicos, que intentan compendiar las realidades económicas para entender cómo unas variables o conjunto de magnitudes agregadas que deben ser explicadas en el modelo macroeconómico, y que se conocen como variables endógenas, son intervenidas o afectadas por otras variables ya conocidas a nivel externo y que vienen expuestas por factores exteriores al modelo macroeconómico, que se conceptualizan como variables exógenas, siendo el fin del modelo mostrar cómo las exógenas afectan a las endógenas.
Otra característica de esos modelos macroeconómicos es la suposición de si los precios son flexibles o rígidos. Para la mayoría de la doctrina, los modelos de precios flexibles describen la economía a largo plazo, mientras que los modelos de precios rígidos, describen la economía a corto plazo. Finalmente, la microeconomía analiza cómo actúa la ciudadanía en su interacción con la sociedad en la que está integrada, ya como individuos (la satisfacción al beber vino de mi pueblo) o formando parte de otras instituciones, como son las familias o las empresas (la bodega exportando el vino), todos en interrelación con el mercado[6]. Que la suerte acompañe al "españolisto", que falta le hace. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Estanflación. 2004. Sitio visitado el 12/03/2022.
[2] Velasco Carretero, Manuel. ¿Qué es la macroeconomía? Sitio Economía Sostenible. 2018. Visitado el 12/03/2022.
[3] Entre otras variables agregadas, tenemos el producto interior bruto de un país (PIB), el producto nacional (PN), la tasa de desempleo o la tasa de inflación.
[5] Mankiw, Gregory. Macroeconomía. Ed. Antoni Bosch. 2014.
[6] Con la finalidad de optimizar al máximo esas interacciones para maximizar sus niveles de satisfacción, en el caso de las familias, o sus rentabilidades, en el caso de las entidades mercantiles.
En relación a “Pensamiento complejo aplicado a la gestión”[1], me pregunta David qué significa eso de “pensamiento complejo” a que hace referencia Hervé Serieyx en su libro, “El big bang de las organizaciones”[2], Pues bien, amigo, aprovecho la publicación de esta mañana para seguir las instrucciones del autor y, como decía el querido profesor de “El club de los poetas muertos”, subirme a la mesa, gritar ¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! y mirar el mundo desde la perspectiva del pensamiento complejo. Entiende Hervé que esta tendencia se da cuando “lo estable, lo circular, lo determinado es sustituido por la visión de un universo en devenir permanente donde se conjugan el orden y el desorden, el equilibrio y el desequilibrio, lo previsible y lo incognoscible, lo programable y las bifurcaciones aleatorias”.
Para el autor, este enfoque existencial trata de un pensamiento sutil que, reconociendo la utilidad del pensamiento tradicional para todo lo planificable, requiere un enfoque reflexivo que afronte lo esencial, lo confuso, lo imprevisible, lo incognoscible, diferenciando los elementos constitutivos de cada situación y reconociendo la esencia en su unión y la interdependencia entre el analista y el analizado. E. Morin[3] apunta tres principios en los que se basa este pensamiento, el dialogístico, que hace referencia a la dualidad en el seno de la unidad, la recursividad, que expresa el choque entre causa y efecto, y el hologramático, en el sentido de no concebir el todo sin conocer las partes y a la inversa, concluyendo que “el todo es a la vez más y menos que la suma de las partes”.
Siguiendo a C. Walter[4], T, Stefan, O. Klimek y R. Hanel[5], un sistema complejo es un sistema compuesto por muchos componentes que pueden interactuar entre sí. Su comportamiento intrínsecamente es difícil de modelar debido a las dependencias, competencias, relaciones u otro tipo de interacciones entre sus partes o entre un sistema dado y su entorno. Los sistemas complejos contienen distintas propiedades que surgen de relaciones como la no linealidad, la emergencia, la adaptación y la retroalimentación, entre otras. En esa línea, para E. Morin[6], la complejidad responde al principio de unidad en diversidad, proponiendo caminar del pensamiento sistémico al pensamiento complejo a través de la física, la antropología y la sociopolítica. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
En relajarme de la ajustada agenda me ayudaron píldoras emocionales como el visionado, en uno de los canales gratuitos de televisión, de la película The Quiet American, traducida en España como “El americano impasible”, de Phillip Noyce, segunda versión del libro “El americano impasible”, de Graham Greene. En su momento, las críticas se portaron bien. llegándose a escribir que capturaba todo el espíritu de la novela[1].
El libro, que lo he estado "rehojeando" en el fin de semana pasado, se encuentra en la estantería desde hace unas décadas. “El americano, impasible”[2], de Graham Greene, costó 450 de las “antiguas pesetas”. ¡Cómo pasa el tiempo! En la sinopsis se acota la acción en los últimos años de presencia francesa en Indochina, guerra de emboscadas en arrozales, combates en el fango… y, sobre todo, una beligerancia sucia e inútil.
Y en medio se encuentra un periodista, cínico en apariencia pero sentimental siempre, junto a un americano impasible y una entregada y excelente bailarina. No voy a descubrirte más, solo resumirlo como fábula moral o meditación sobre las formas de acción política de “los de siempre”. Parte de este texto también se ha editado en el sitio book—post, bajo el título “El americano impasible”. Fuente de la imagen: archivo propio.
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[1] The Quiet American. Rotten Tomatoes.2003. Sitio visitado el 21/06/2021.
[2] Greeene, Graham. El americano impasible. Ed. Luis de Caralt. 1981.
En “Discutidas Leyes del Poder" (M. Velasco, 2014)[1], reproducía la Ley Nº 48 del texto "Las 48 leyes del poder", de Robert Greene[2], - Sea cambiante en su forma: “Al adoptar una forma definida y tener un plan claro para todo el mundo, usted se convertirá en el blanco de ataques diversos. En lugar de brindar a sus enemigos algo concreto que atacar, manténgase flexible, adaptable y en movimiento. Acepte el hecho de que nada es absoluto y de que no existen leyes fijas. La mejor manera de protegerse es mantenerse tan fluido y amorfo como el agua. Nunca apueste a la estabilidad ni a un orden perdurable. Todo cambia”.
Pues bien, te refresco lo anterior porque en el fin de semana pasado he estado re-hojeando el texto del mismo autor, The 33 Strategies of War[3], que traducido con mi inglés oriundo de los Montes de Málaga es algo así como “Las 33 estrategias de la guerra”, descrito como una "guía para el sutil juego social de la vida cotidiana instruido por los principios militares en la guerra". integrando debates y ejemplos sobre estrategias ofensivas y defensivas de una amplia variedad de personajes como Napoleón Bonaparte, Lawrence de Arabia o Alejandro Magno.
El texto se divide en cinco partes: Guerra autodirigida, Guerra organizacional (equipo), Guerra defensiva, Guerra ofensiva y Guerra no convencional (Sucia). Cada parte contiene un número diferente de estrategias. Las descripciones de batallas, situaciones políticas y comerciales van acompañadas de la interpretación de Greene. Todos los capítulos terminan con una "Inversión" para dar una breve discusión sobre dónde puede no aplicarse la estrategia, una opinión o defensa contraria. Parte de este texto también se ha editado en el sitio BOOK—POST, bajo el título “The 33 Strategies of War”. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
Si eres follower de este sitio, sabrás el seno religioso donde nací y los consejos de tolerancia con el resto de las religiones que me trasladó mi madre. Asimismo, por textos como “Acercamiento histórico a la idea de unión europea”, “Serena e integradora”, “Micheletti y otros”, “Entonces y solo entonces” o “Institucionalización del caos”[1], conoces la evolución de mi opinión acerca de las organizaciones europeas en general y de sus líderes en particular. En “La UE ha muerto, viva Europa”[2], después de una argumentación más o menos acertada, parafraseaba el lema francés Le roi est mort, vive le roi (el rey ha muerto, viva el rey) para escribir “La Unión Europea ha muerto, viva Europa”. Con el bosquejo que encabeza el post, me he tomado la libertad de intentar expresarte mi tristeza y rabia por las noticias relacionadas con el inhumano éxodo de los refugiados sirios. Afortunadamente, una vez más los pueblos europeos toman la delantera a sus políticos y a sus dioses.
Por lo anterior, permíteme que, ante discursos conjeturalmente "emotivos" como el de Juncker sobre la crisis de refugiados o la presunta sensibilidad espontánea de algunos otros líderes como Merkel, siga teniendo la mosca detrás de la oreja y mi escepticismo no mengüe un ápice. Pero, al menos, la muerte de Aylan Kurdi ha servido para que el ahora "magnífico y cabal" Presidente de la Comisión Europea, haya leído ese discurso ante su público, instando a los representantes europeos a hacer algo más que lo que hasta ahora han hecho, que no ha sido mucho, por no decir "nada bueno". Igualmente, le pregunto a los Dioses de cada una de las religiones que si verdaderamente son bienhechores, piadosos, compasivos, magnánimos... como pregonan sus distintos representantes en la Tierra ¿Por qué permiten estas y otras masacres? Y no estaré de acuerdo con respuestas del tipo: “es culpa de los humanos”, porque, con independencia de la responsabilidad que cada uno de nosotros cargue en su mochila por sus acciones u omisiones, ningún ser “divino” o “humano” que en verdad sea bueno, permitiría este tipo de atrocidades[3]. El invierno está cerca.
La batalla de Leipzig (1813), en la que participó Clausewitz. De Von Armand Freiherr v Ardenne. Imagen de dominio público. Fuente: Wikimedia Commons.
Anoche terminé de hojear el, para mí, complicado texto “El arte de la Estrategia”[1], de Carl Von Clausewitz (con cierto parecido al “pequeño Nicolás”, en el cuadro de Karl Wihelm Wach). Dice Ángel Viñas en el prólogo: “Clausewitz consideró que la guerra no es ni una ciencia ni un arte sino una mezcla, tamizada por el filtro del genio político y militar”.
Obviamente, los negocios y la guerra comparten muchas más cosas de las que podamos imaginar. Una de ellas es la incertidumbre, por lo que no hay que descartar de plano los conocimientos de estrategas militares como Clausewitz, adaptándolos al mundo empresarial en general y comercial en específico. El texto “De la guerra” fue publicado por la viuda de Clausewitz un año después de su muerte.
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[1] Carl Von Clausewitz. “El arte de la estrategia”. Editorial La Esfera de los Libros. 2011
Es difícil que la bota de hierro del ajuste que la zona presuntamente rica de Europa, con Alemania a la cabeza, impone en el pescuezo de las regiones pobres del viejo continente, nos haga salir de la crisis. Leo en las ideas claves de la disciplina Derecho Internacional Público que el Tratado de Versalles, a diferencia de la Paz de Westfalia o el Congreso de Viena, impuso un orden basado en la norma “vencedor contra vencido”, con severas condiciones a Alemania, provocando el nacimiento, desarrollo y fuerte arraigo, de un espíritu nacionalista que culminó con la ascensión del partido nacional socialista al poder, de forma pacífica y con ello, de Hitler, con las terribles consecuencias que no debemos olvidar.
¿Está pasando algo similar en los países que sufren las severas medidas de esas zonas ricas que se nutrieron de riqueza cuando los pobres no eran tan pobres y que ahora siguen llenando sus arcas a costa de los ajustes impuestos a los pobres? La historia, desgraciadamente, puede repetirse una vez más. ¿Dónde queda entonces la proclama de la conferencia de las Naciones Unidas de 1987 sobre la relación entre el desarme y desarrollo, apuntando que la seguridad de los países no sólo tiene aspectos militares sino también económicos, sociales, humanitarios y de derechos humanos y ecológicos?
El incremento de la redistribución de riquezas y la consecuente disminución de la brecha entre ricos y pobres, de la concienciación por el medioambiente... propician las condiciones que lleven no sólo a la eliminación de los riesgos de conflictos, guerra o terrorismo, sino a la configuración del marco de confianza nacional y europea que permita conseguir con éxito un perenne desarrollo y, por derivación, un futuro distinto para nuestros hijos e hijas. Pero el incremento de la pobreza, la injusticia, la inseguridad… nos lleva a todo lo contrario: un escenario como el que la Sociedad de las Naciones dibujó en Versalles, antesala de dolor, miedo y, luego, depravación y muerte (Fuente de la imagen: "En el fragor de la batalla"[1]).
Finalizo la semana blanca en Andalucía (España), con la visita de ayer al cine, para ver la peli ¿Y ahora adónde vamos? Se cuenta el coraje de un grupo de personas, mujeres, del Islam y del Cristianismo, para salvaguardar a sus familias de la guerra. La estrategia es sencilla y original a la vez: entretener a los hombres de forma que arrinconen su furia y se olviden de las armas. Te dejo uno de los tráiler que circula en Youtube, subido por Estrenosdecineu.
Ayer tocó el preceptivo recorrido de año nuevo por el paseo marítimo de turno. Día aciago por motivos atmosféricos. Salvando las desgracias acaecidas en algunas zonas, lo normal en estas fechas es que llueva y nieve. Recuerdo en la infancia, los periodos de lluvia y el dicho “año de nieve, año de bienes”. Me relaja la idea de que los pantanos tengan agua. En fin. Encontramos a un contacto que no lo veía desde hace más de diez años y con el que he conectado recientemente a través de networking.
Abrazos. Los comentarios normales en estos casos: “Nos tiramos una década sin vernos y en una semana nos relacionamos virtualmente y nos encontramos paseando”. A la pregunta "¿Cómo te va?", otra respuesta de libro: “En la guerra diaria”, frase que me hizo pensar por la tarde en que todo lo enfocamos como si fuera una “lucha”, ya sea en la profesión, oficio o trabajo, o con las cuestiones personales o familiares (imagen de gifmania.com).
Ese bélico planteamiento de todas las relaciones, conlleva otros peligrosos enfoques. Por ejemplo, del tipo: “O estás conmigo o contra mí”. Vía Almudena Ortiz (PiensaUnPoco.com), llego a la pregunta que Ima Sanchís (La Vanguardia), le hizo a Tiziano Terzani, autor del texto “Cartas contra la guerra”: “¿El mundo es uno y cada parte tiene su sentido?”. El viejo corresponsal de guerra respondió: “Sí, es posible reemplazar la lógica de la competitividad por la ética de la coexistencia. Nadie tiene el monopolio de nada. La idea de una civilización superior a otra es sólo fruto de la ignorancia".
"La armonía, como la belleza, está en el equilibrio de los opuestos, y la idea de eliminar uno de los dos es sencillamente sacrílega”. Termino. Hace unas semanas, a la pregunta de una colaboradora “¿Cómo te ha ido?”, le respondí “La vida es un camino”. Me gusta esa visión y procuro pensarla para todo. Creo que me permite acercarme más al pensamiento de Terzani: equilibrio, armonía, belleza (foto de Tiziano Terzani; fuente: Wikimedia Commons). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: archivo propio.
Extrañado por lo que ha escuchado en las noticias de la tele, ayer me preguntó el querubín si existen los piratas de los cuentos. En el siglo XIX, los facinerosos de la costa berberisca, al norte de África, causaron en la zona numerosos e importantes daños humanos y económicos. Hoy, la actual oleada de piratería en las aguas del África Oriental, nuevamente se está desbocando, ante la impasible mirada de la sociedad occidental. Lo que parece ha propiciado el florecimiento de estos nuevos bucaneros, es la anarquía que se vive en la inexistente Somalia, antaño dícese perteneciente al mítico Reino de Saba, posteriormente al de Aksum y hoy vasto país sin gobierno, allá en el Cuerno de África.
Zona que, según los expertos, sirve de segura guarida a estos nuevos piratas, que organizados y apoyados por las veneradas tecnologías, los paraísos fiscales y presuntos equipos cualificados de abogados, ondean sus banderas en el desprotegido mar, causando sensibles desajustes económicos, políticos y sociales, con la recurrente excusa política y económica, justificación o consuelo de tontos, de que es "un mal menor" generado por la "globalidad" (Imagen del Cuerno de África visto por el transbordador espacial de la NASA, en mayo de 1993. Los colores anaranjados indican clima árido y semiárido. Fuente: Wikimedia Commons). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: Tumisu en pixabay.
Ciertamente, tradicional chiste de Gila podría considerarse el choque de dos submarinos nucleares en el océano Atlántico[1] - el británico Vanguard se precipitó sobre el francés Le Triomphant -, si no fuera porque estas creaciones humanas tienen capacidad para transportar 16 misiles y varias cabezas atómicas, cada una. Mas desconcertado aún con otra noticia: hemos tardado dos semanas en saberlo. Si bien me dice una compañera que, al menos, en este caso nos hemos enterado.
Dicen los expertos y políticos implicados que la colisión se debió a que ambas máquinas son muy difíciles de detectar. No lo entiendo. Tanta tecnología ¿Para qué? ¿Para protegernos? ¿Quién nos protege de esa tecnología bélica y de los políticos y expertos que la dirigen y manejan? (USS Columbus -SSN 762- submarino de ataque de propulsión nuclear de la clase Los Ángeles, emergiendo a superficie; fuente: Wikimedia Commons). Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Leído en ABC, El País. Sitios visitados el 18/2/2009.
Hay otras perennes guerras olvidadas, como el caso de Darfur, en Sudán, lugar de violencia e inseguridad, donde su población se encuentra atrapada en un laberinto de ataques armados y es la que sigue pagando las consecuencias. Dejo este vídeo, colgado en YouTube por aqusacosta. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: mvc archivo propio.
Dice Felipe González[1], que estamos en una situación prebélica[2] y me preocupo. ¿Qué quiere decir, Sr. González? ¿Qué estamos en la antesala de una nueva guerra civil? Ciertamente, la exasperante y permanente crispación política sin razón que vivimos los españoles desde el año 2004, enturbia y tapa procesos como los del 11M, nubla la moderadamente situación optimista que podemos registrar en la economía, los inimaginables avances sociales y eso de ¿la octava potencia mundial? Pero de ahí a la guerra civil. Quiero confiar en mis conciudadanos y espero ansiosamente las elecciones generales, para que los españoles se pronuncien de nuevo y lo que resulte será lo que nos mereceremos, para bien de unos políticos y mal de otros.
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[1] Considerado y respetado, al igual que Suárez, Fraga, Rato, Durán, Llamazares, Imaz, Gallardón y otras muchas buenas y decentes cabezas pensantes de mi país.
[2] Leído en 20minutos.es. Sitio visitado el 24/03/2007.
Mientras escucho November Rain, de Guns N´Roses[1], recuerdo a la soldado Idoia Rodríguez Buján, profesional militar[2], y me pregunto por qué hay países que inician guerras “ilegales”, al abrigo de informes manipulados, rumores infundados e inexistencia de dialogo político proactivo, y otros países tienen que pacificar, encauzar los desajustes, pagar los daños y repatriar los muertos.
Luego, creemos que con una simple disculpa, expresión risueña o brindis al sol, nos libramos de esos graves pecados, licencias ligeras, y estamos exentos de responsabilidad política y social. Idoia, por la canción o por ti o por las perennes injusticias o por yo que sé, a estas horas de la mañana, tengo ganas de llorar. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Y espero impaciente un encuentro que puede condicionar mi vida profesional y personal durante los diez próximos años.