Mostrando entradas con la etiqueta perfil. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta perfil. Mostrar todas las entradas

domingo, 16 de enero de 2022

El paraíso de los aparentes

Fuente de la imagen: Elf-Moondance en pixabay
Hace unos años, escribía E. Grijota en La Vanguardia, “Razones para no fingir lo que no eres en el trabajo[1], recordando una frase atribuida al ingenioso escritor, poeta y dramaturgo Oscar Wilde: “Sé tú mismo, porque el resto de los papeles ya se encuentran asignados”. Tienen razón Grijota y Wilde, por muy simple, pesado, aburrido… que sea, debo ser yo mismo y no aparentar ser otro. Como en la vida misma, en el “social media” también me cruzo no ya con perfiles falsos, que los hay a mansalva, sino con lo que una amiga denomina “medio aparentes” y un compañero los menciona como “falsetes”, por no denominarlos “fantasmas”, “emisarios”, “siluetas blancas”… utilizados para acciones ocultas variopintas.

Y luego están los falsos trabajadores, esos que a todas horas “aparentan” estar trabajando. En The Economist, se escribe sobre estos individuos, bajo el título The rise of performative work[2], que traducido con mi inglés oriundo de los Montes de Málaga, es algo así como “El auge del trabajo performativo”, conmemorando un sketch de la serie Seinfeld, donde Costanza explicaba con todo lujo de detalle la técnica para aparentar que trabaja. El caso es que estos expertos en el “escaqueo laboral” previsiblemente han encontrado una mina de oro con el teletrabajo en tiempos de pandemia. En fin. Quiero pensar que “el rendimiento es lo que cuenta”. Fuente de la imagen: Elf-Moondance en pixabay.
_________________________
[1] Grijota. Estefanía. Razones para no fingir lo que no eres en el trabajo. La Vanguardia. 2019. Sitio visitado el 16/01/2022.
[2] The Economist. The rise of performative work. 2022. Sitio visitado el 16/01/2022.

jueves, 28 de noviembre de 2019

El reto de fidelizar a un Job Hopper

Enfrente de la sede del Colegio de Abogados de Málaga (España). Fuente de la imagen: Pedro y Arturo.
En “...y a partir de 2038 a escribir las memorias” (M. Velasco, 2019)[1], confesaba el interés en la próxima década, de no estar revoloteando en tropecientos proyectos profesionales, centrándome en uno o dos trabajos como mucho. El texto, además de cosechar visitas por encima de la media en varias de las redes sociales virtuales profesionales donde me encuentro integrado, ha propiciado que varios perfiles relacionados con los recursos humanos, se interesaran por mantener encuentros vía Skype, adobe connect o presenciales, con la finalidad de analizar un poco más de cerca mis capacidades y sondear las posibilidades futuras de colaboración. Ayer mantuve una de estas reuniones. Arriba te dejo una de las fotos que me hicieron[2], enfrente del Colegio de Abogados de Málaga (España), donde me citaron. 

Te cuento lo anterior porque todos los días se aprende algo. Me trasladó uno de mis interlocutores, Arturo, que a la vista de la investigación preliminar que su firma consultora había realizado del historial profesional, mi perfil se acercaba bastante al de Job Hopper. Como sabes que mi inglés es oriundo de los Montes de Málaga, el término anglosajón me sonó negativo, a modo de saltamontes o “culito de mal asiento” (M. Velasco, 2007)[3]. Pensé que comenzábamos mal, por lo que, a riesgo de meter la pata, les trasladé ese sentimiento. “Todo lo contrario”, expresó el otro interlocutor, Pedro. Por lo visto, con esto del cambio perenne, la multiplicidad, la complexidad, la diversidad… el “saltaempleos” (también "tolva de trabajo" o jumper), es un perfil actualmente valorado y demandado en mi país, junto al senior interim manager. 

Pero realmente ¿qué es un Job Hopper? Si bien tradicionalmente se definía en sintonía a lo especificado por Silvia Martínez[4], “personas que cambian de empresa y trabajo constantemente en busca de nuevos retos y nuevas oportunidades” (aunque apunta también que existen saltaempleos positivos y negativos), en la actualidad, según Pedro, la doctrina va en línea con la puntualización de Maribel García[5]: "profesionales que tienden a cambiar de manera habitual de trabajo". “job hopper no puede ser considerado así a menos que haya cambiado 5 veces como mínimo de trabajo en menos de 10 años. La cuestión ya no es que lo que hace sea juzgado o visto como algo negativo para la organización, sino que veamos el impacto positivo que podemos recibir”. 

Siguiendo con Maribel, “se relaciona el estar mucho tiempo con ese compromiso con la empresa y precisamente se puede tachar al Job hopper de no ser leal, pero lo que hace es ser leal durante todo ese tiempo con todo lo bueno que puede aportarte”. En cuanto a las características que enumeraron mis entrevistadores, van en línea con las relacionadas por García: transversalidad, experiencia y conocimiento a disposición de la empresa contratante, aprendizaje continuo, networking y feedback "por un tubo”, ambición, adaptabilidad, reciprocidad, reflexividad… Todos los expertos consultados coinciden en un pero o, más bién, un reto: ¿Cómo deslumbrar y fidelizar a un saltaempleos? (en la proyección de su empleo a largo plazo, se entiende). 
___________________________________________________
[1] Velasco-Carretero, Manuel (2019). ...y a partir de 2038 a escribir las memorias. Sitio visitado el 28/11/2019.
[2] Supongo que para ilustrar a posibles contratadores.
[3] Velasco-Carretero, Manuel (2007). Culito de mal asiento. Sitio visitado el 28/11/2019.
[4] Silvia Martínez. Graduada en Administración y Dirección de Empresas. Máster en Marketing e Investigación de Mercados. Artículo en superrhheroes.sesametime.com: “Los nuevos empleados son: Job Jumpers”. ”: Última vez visitado: 28/11/2019. 
[5] Maribel García. Especialista en Employer Branding y asesora de Gestión del Talento en las empresas. Artículo en imf-formacion.com: “Job Hopper, el saltador profesional”: Última vez visitado: 28/11/2019.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Advocatus diaboli

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Explica la sabiduría popular de mi ámbito territorial de actuación el perfil de “abogado del diablo”, advocatus diaboli, como ese clérigo docto en el ordenamiento jurídico canónico, que antaño actuaba de “pepito grillo” en los sumarios de los candidatos a santos o beatos. Pero muy al contrario de lo que pudiera parecer, es decir en el equipo de los que no querían santificar al sujeto en cuestión, la realidad era otra, puesto que parece ser se encargaba de amparar la legitimidad de las dignidades del presunto santo. Te cuento lo anterior porque en el fin de semana pasado he estado re-hojeando el texto de T. Kelley, The Ten Faces of Innovation: Strategies for Defeating the Devil's Advocate and Driving Creativity Throughout Your Organization[1], que traducido[2] es algo así como “Las diez caras de la innovación: estrategias para derrotar al abogado del diablo y conducir la creatividad”. Y del re-hojeo concluyo que Kelley redefine al abogado del diablo como esa persona que defiende una posición en la que no necesariamente cree, o a que presenta a otro un argumento contra una posición en la que sí cree. En todo caso, ese proceso permite comprobar la calidad del argumento original e identificar las debilidades de su defensa. Coincido con el autor en que el papel del defensor del diablo es casi universal en los negocios de hoy, permitiendo a las personas salir de sí mismas y plantear preguntas e inquietudes que efectivamente destripan nuevos proyectos e ideas, sin reclamar ninguna responsabilidad personal. 

Nada es más potente para sofocar la innovación, como señala Tom Kelley, en su texto “Las diez caras de la innovación”. Tom ha observado una serie de funciones que las personas pueden desempeñar en una organización para fomentar la innovación y las nuevas ideas, al tiempo que ofrece un contraataque eficaz para los detractores. Entre estos enfoques están el “antropólogo”, esa persona que va al campo para ver cómo los clientes usan y responden a los productos, para llegar a nuevas innovaciones. También se encuentra el “polinizador”, que mezcla y combina ideas, personas muy dispares y tecnologías, para crear nuevas ideas que pueden impulsar el crecimiento. El siguiente perfil que enumera Tom es el corredor de obstáculos o “vallista”, que busca maneras de superar los límites y desafíos de cualquier situación al instante. Siguiendo con los perfiles descritos por el autor, el siguiente es el “colaborativo”, esa rara avis que antepone el equipo sobre el individuo, que, con el interés de hacer las cosas (y hacerlas bien), intenta mover a las personas para formar equipos multidisciplinarios, disolviendo los límites tradicionales dentro de las organizaciones y generando oportunidades para que los miembros del equipo asuman nuevos roles. Otro perfil es el “directivo”, que dispone de una perspicacia aguda del panorama general, con una firme comprensión del pulso de su organización. A través del empoderamiento y la inspiración, la persona en este rol motiva a quienes le rodean a tomar el centro del escenario y aceptar lo inesperado. 

Seguidamente nos encontramos con el “arquitecto de la experiencia”, perfil centrado en la creación de experiencias individuales notables, facilitando encuentros positivos a través de productos, servicios, interacciones digitales, espacios o eventos. Diseña cómo convertir algo común en algo distintivo. Por su parte, el “diseñador de conjuntos” escruta todos los días oportunidades para animar su espacio de trabajo, promoviendo culturas energéticas e inspiradas para crear ambientes de trabajo que celebren al individuo y estimulen la creatividad. Para mantenerse al día con las necesidades cambiantes y fomentar la innovación continua realiza ajustes en un espacio físico para equilibrar las oportunidades de trabajo colaborativas. Por su parte, el “cronista” captura la imaginación del equipo con narrativas convincentes de iniciativa, trabajo duro e innovación, yendo más allá de la tradición oral para trabajar en el medio que mejor se adapte a sus habilidades y mensajes: vídeo, narrativa, animación e incluso historietas. Al enraizar sus historias en autenticidad, este narrador puede inspirar emoción y acción, transmitir valores y objetivos, fomentar la colaboración, crear héroes y dirigir a las personas y organizaciones hacia el futuro. Finalmente tenemos al “custodio”, base de la innovación impulsada por el ser humano, que a través de la empatía, trabaja para entender a cada cliente individual y crear una relación, guiando al cliente a través del proceso para proporcionarles una experiencia cómoda y centrada en el ser humano[3]
__________________________________
[1] Kelley, Tom. The Ten Faces of Innovation : IDEO's Strategies for Defeating the Devil's Advocate and Driving Creativity Throughout Your Organization. Editorial Currency/Doubleday. 2005.
[2] Con mi inglés de los Montes de Málaga.
[3] Este texto también se ha editado en el sitio BOOKPOST, bajo el título "Las diez caras de la innovación" (Fuente de la imagen: mvc archivo propio).

lunes, 20 de octubre de 2014

Alondra o búho

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
La foto corresponde a una instantánea del sábado, que me lo pasé inventariando maquinaria en un paraje de Nerja (España). Temprano me levanté para estar en punto en el lugar donde habíamos quedado. Al final, fui el primero en llegar y tuve que esperar un buen rato al resto. Me senté en el punto de encuentro y decidí aprovechar el tiempo contemplando el bonito paraje y dándole al “Me gusta” de Facebook

Como te he comentado en algún momento en este blog y si eres follower lo habrás detectado, desde hace unas décadas volví a retomar la “obligada costumbre” de pequeño: levantarme temprano. Recientemente estudiamos en la disciplina “Técnicas de Negociación” que en función de nuestros biorritmos corporales, todas las personas somos alondras o búhos. En mi caso, soy alondra, porque “carburo” mejor a primera hora de la mañana y conforme nos adentramos en el día, mi ritmo mental decae sensiblemente. 

A las diez de la noche ya estoy "picando billete" para visitar a Morfeo. Sin embargo, según leo en las Ideas Claves, con los búhos pasa lo contrario, funcionando mejor cuando el sol va cayendo y al llegar las sombras alcanzan su máxima eficiencia. Te consideres alondra o búho, que esta semana sea beneficiosa en lo profesional, empresarial, laboral o institucional, según proceda o te interese (Fuente de la foto: elaboración propia).

jueves, 28 de noviembre de 2013

Cuenta premium y otras simplezas

Fuente de la imagen: elaboración propia a partir de captura de pantalla
No diré “de esta agua no beberé”, pero por ahora no tengo que pagar por dejar mi historial profesional y hacer networking en sitios como Linkedin, Facebook, Empreners, Xing, Google+, Twitter, Pinterest… Entiendo que determinados perfiles, como head hunters o consultoras en recursos humanos, necesiten servicios adicionales de estos portales de contactos, pero tener una cuenta de las tildadas como "premium" o de pago para ver quiénes visitan mi perfil o poder mandar netmails a diestro y siniestro, no lo veo, por muchas invitaciones que reciba para disfrutar "gratuitamente" durante unos meses esas opciones.

Algunos van más allá y no se contentan con su "cuenta súper", sino que, además, a lo "tope guay", incorporan un distintivo adicional a su nombre y apellidos, tipo visé u otro similar, supongo que para que el resto de los mortales no nos olvidemos de que es un ser "espacial" (que no "especial") y todo eso. Otros porque es de recibo, al ser "number one" de tal o cual organización y habitar en el ala noble ¡Faltaría más! (y luego tienen sus empresas pobladas de contratos basura por doquier, por no hablar de la nueva moda: autónomos en plantilla). Los hay que se pasan tres pueblos y son verdaderamente fastidiosos, bombardeándote con emails a diestro y siniestro, sin haber revisado previamente tu perfil y realizar la preceptiva clasificación, ya sea por actividad, especialización, intereses, etc. 

Por último, están aquellos individuos que, además de las técnicas anteriores, se dedican a "linkear" y compartir en los muros todo lo que ven, da igual la temática o la noticia, como si estuvieran con los ojos vendados disparando a discreción en un combate. Supongo que pensarán que con esas acciones van a ser considerados como héroes en su ficticia guerra, sin pararse a meditar, por un momento, que están generando basura virtual "por un tubo", contaminando el "netsistema" y molestando a la mayoría del personal, hasta verte obligado a declinar el lazo de relación con el individuo susodicho en cuestión. Con los que van pidiendo ser contactos porque sí, con cuatro datos en su perfil, o los que mienten en sus currículos, no voy a dedicar un minuto, sólo decir que, como en la vida real, "de todo hay en la viña del señor" (léase: en la vida virtual).

A riesgo que pienses lo que está escrito en los santos evangelios, “El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra” (Juan 8. La mujer adúltera), y no seré quien te quite razón, puesto que en las desventuras anteriores también fui pecador y hoy penitente, te dejo la instantánea de una cifra redonda, 3333, código matemático clave del nuevo tiempo y símbolo de que todo en el Designio Cósmico está concebido, que ya me salió hace unas semanas en otro contador (ver post: "Escuchando sobre el Estado de Bienestar[1]), diciéndote en mi favor que en la actualidad sólo acepto aquellas solicitudes de conexión con contenido y que entiendo pueden aportar valor en nuestro continuo y necesario networking. 

Por el post "Argumentando mi networking"[2], sabes cuál es el objetivo que pretendo en el uso de Internet (y si quieres hurgar más, visita "Networking"[3]). No estoy en una desenfrenada carrera contra ¿quién? por tener el mayor dato posible (esa tontería creo que ya la superé hace unos años y luego tuve que realizar una profunda limpieza virtual que me ocupó días), sino por participar en un grupo realmente proactivo. Termino transmitiéndote la siguiente reflexión o corolario: lo que verdaderamente importa es la fortaleza de los nudos de la red en la que estoy integrado, no su tamaño. Fuente de la imagen: elaboración propia a partir de captura de pantalla.
_________________________
[1] Velasco Carretero, Manuel. Escuchando sobre el Estado de Bienestar. 2013. Sitio visitado el 28/11/2013.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Argumentando mi networking. 2013. Sitio visitado el 28/11/2013.
[3] Velasco Carretero, Manuel. Networking. 2006. Sitio visitado el 28/11/2013.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Alimento de guepardo

Fuente de la imagen: JacquiTracy en pixabay
Hace más de once años, en mayo de 2003, terminaba el postNo está el mañana en el ayer escrito[1], transcribiéndote la siguiente frase, atribuida a SuperLópez (José Ignacio López de Arriortúa): "Todos los días en África se levanta un león, sabe que tiene que correr más que la gacela más rápida o morirá de hambre. Todos los días en África se levanta una gacela, sabe que tiene que correr más que el león más lento o morirá de hambre". 

"Da igual que seáis leones o gacelas, cuando salga el sol lo mejor es que os encuentre corriendo”. Ayer me acordé de este texto al hojear el artículo de Andrew R. McIlvaine en Human Resource Executive:“The Importance of Agility[2]. En el actual mundo en que vivimos, etéreo, inseguro, enredado, confuso, inhumano, putrefacto y deshonesto, en opinión de McIlvaine, cobra importancia la agilidad, adaptabilidad, flexibilidad, de los perfiles laborales, profesionales, empresariales o institucionales.

¡Ojo! Esta presteza es algo más que la pericia para florecer entre contextos turbios, oscuros o imprecisos. Es también la capacidad de adaptar un estilo personal o exclusivo a las penurias  y despropósitos de los individuos que nos rodean, estando accesible a desiguales configuraciones y perspectivas. Si no somos ágiles, adaptables, flexibles… nos espera un futuro como el de la gacela de la foto: alimento de guepardo (fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: JacquiTracy en pixabay.
________________________________
[1] Velasco Carretero, Manuel. No está el mañana en el ayer escrito. 2003. Sitio visitado el 11/09/2013.
Mcllvaine, Andrew R. The Importance of Agility. Human Resource Executive. 2013. Sitio visitado el 11/09/2013.

viernes, 10 de mayo de 2013

De poco sirve

Fuente de la imagen: captura de pantalla, archivo propio
Sobre “descripción”, apunta la profesora Brenda Corchado en corchado.org[1]: “Describir” es como "pintar con palabras". Como todo buen pintor, la selección de colores y la técnica utilizada determinará la forma en que el receptor capte el mensaje comunicativo. Esto sugiere que en la descripción se debe tener sumo cuidado en la selección de las palabras precisas que nos lleven a imaginar lo descrito”. ¿A qué viene lo anterior? Porque todavía hoy observo desajustes gramaticales en las pomposas plantillas “personalizadas” con las que los Google+, Xing, Facebook, Linkedin… de turno presentan nuestros perfiles. Así, después de currar la incorporación de los datos profesionales y personales, el producto final parece un churro, como el texto de la imagen que, a título de ejemplo, te dejo arriba, que empieza hablando en primera persona (“Trabajo” en…), pasa en la segunda línea a tercera persona (“Estudia” en…) y en la misma frase, vuelve a primera persona (“Vivo” en...). Si quieres acceder al perfil, clickea AQUÍ.

Claro. ¿Qué pensará un empleador, cliente o institución, a la vista de la redacción, descripción, exposición... del perfil? ¿Qué imagen estoy dando? O la otra red social que me está todo el momento incitando a que solicite la relación de tal o cual perfil, y cuando me decido a requerir contactos a, por ejemplo, los compañeros y compañeras de universidad, genera un mensaje diciendo que ha bloqueado la cuenta porque se ha usado indebidamente esa herramienta y a saber qué frase le envía a la persona con la que quería contactar (omito taco). A más inri, intento comunicarme con la administración del sistema para averiguar qué ha pasado o quién ha denunciado y por qué, y me tropiezo con un muro infranqueable. En fin. Como epílogo, termino con la frase de la Dra. Matilde Albert, a la que llego vía Corchado, recogida en su libro “Redacción y Estilo”[2]: "De poco sirve tener unas magníficas ideas si no se dispone del instrumento apto para expresarlas debidamente". Si puedes, recarga pilas en este fin de semana.
_________________________________
[1] Sitio web de la profesora Brenda Corchado. corchado.org. 2002. Visitado el 10/05/2013.
[2] Albert Robatto, Matilde, Redacción y Estilo. 1984. Editorial Marle.

domingo, 30 de septiembre de 2012

About me

Fuente de la imagen: archivo propio
Desde mediados de 2002 estoy abriéndome perfiles en los distintos y continuos portales que iba descubriendo en Internet. Lo que se inició con el ánimo de investigar todo lo que rodeaba a las redes sociales virtuales, conforme iban pasando los años se fue convirtiendo, y aún hoy, en un fastidio, no ya por el hecho que las irremediables actualizaciones y mejoras implicaban un peregrinaje por cada web cambiando la información, sino porque siempre que quería entrar en la parte editable, hay había que insertar nombre de usuario y contraseña.

Hace cuatro años y pico, en el postAbiertas e Integradas[1]. te comentaba las impresiones que trasladé a una contacto acerca del fastidio que suponía tener varios perfiles en Internet, uno por cada networking en el que quieres querías participar y la tensa y perenne espera actual a que el avance tecnológico propicie que esa interacción se realice sin, necesariamente, tener que visitar un lugar concreto, sino viajando por los distintos entornos, con un mismo paquete byte de información de tu perfil y de tu específica agenda de contactos.

A primeros del verano descubrí About.me (Sobre mí), que no resuelve lo anterior pero sí posibilita crear una tarjeta de presentación sin necesidad de comprar un dominio propio y diseñar una página web. Además, puedes linkear tus perfiles en otros portales o redes sociales (Facebook, Twitter, Google+…), así como las páginas web de los trabajos, empresas o instituciones donde colaboras. Por puesto que puedes te deja escribir quién eres, a qué te dedicas, cómo te pueden contactar, etc. Asimismo, resalto la sencillez de la interfaz. Si estás en Internet, te sugiero practiques un poco con About.me si aún no lo has hecho. La imagen es de la página que he abierto.
______________________________
[1] Velasco Carretero, Manuel. Abiertas e Integradas. 2008.  Sitio visitado el 30/09/2012.

miércoles, 18 de enero de 2012

El conjurado y el cabezón

Fuente de la imagen: RichardsDrawings en pixabay
Escribimos mucho sobre los atributos de los líderes, pero poco o nada sobre el perfil de los colaboradores de estos guías empresariales o institucionales. Ayer, mientras esperaba que me atendiera un empresario, tuve tiempo de observar a parte de su equipo y reflexionar sobre las siluetas profesionales de sus miembros. 

Recordé lo que hace unos años leí en una revista sobre este tema (no me acuerdo ni del título de la publicación ni del nombre del autor del artículo). Se catalogaban a los miembros del equipo dependiendo de sus características psicosociales y en función de su implicación con el trabajo. El perfil más comprometido creo era el conjurado o revolucionario, aquél que dedica mucho tiempo y se siente ávido de manifestar su respaldo o su negativa.

Luego estaban los concurrentes, es decir, aquéllos que se comprometen a dedicar parte de su tiempo al proyecto, profesando cierto interés. ¡Cómo olvidar a los tozudos o cabezones! Raza de colaboradores que estarían preparados para sumergirse con el proyecto y, si hace falta, tirar al líder por la proa. También, pululaban los individualistas, que dependiendo de su interés personal, se implican más o menos.

Finalmente, estaban los cerrados en sí mismos[1], que presumiblemente son insensibles al proyecto y pasan de él, encerrados en sí mismos (fuente del dibujo stock,xchng). Imagen incorporada posteriormente; fuente: RichardsDrawings en pixabay. Texto modificado con posterioridad.
___________________________________
[1] He utilizado el contexto de la definición en la que trabajaban algunos miembros de la Real Academia de la Lengua (RAE), que lo definía como “trastorno del desarrollo que afecta a la comunicación y a la interacción social, caracterizado por patrones de comportamiento restringidos, repetitivos y estereotipados”. Obviamente, coincido con aquellas corrientes de pensamientos que tienden a entenderlo como que sí mantienen el contacto y la comunicación, pero de una manera especial distinta a la de las personas que lo rodean, por eso me tomé la licencia de incorporar el término "presumiblemente". Nota incorporada posteriormente.

sábado, 20 de febrero de 2010

Discreción y Humildad

Fuente de la imagen: Merio en pixabay
En el postPerfil técnico”, te expresaba mi interés por alejarme día a día del estereotipo de ejecutivo tiburón, a veces mal llamado “perfil comercial”, "hombre de negocios", "líder" o "persona de éxito". Pensaba que los tiempos actuales de recesión no son buenos para ese propósito, pero descubro que me equivoco. 

En Universia Knowledge and Wharton, “Tools for Business Recovery[1], los gurús del management, además de apostar por la innovación, la comunicación y la flexibilidad, como claves para salir de la crisis, abogan por un nuevo modelo de dirección, donde se destierren a los "directivos tiburones" y se potencien los líderes que cultiven la humanidad, la autenticidad y la generosidad, 

¿Cómo? A través de valores como la razón, la discreción y la humildad, para alcanzar una organización, o proyecto empresarial, socialmente responsable y sostenible en el tiempo (imagen de 100pies.net). Link refrescados posteriormente. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: Merio en pixabay.
________________________________
[1] Knowledge and Wharton, “Tools for Business Recovery. SItio visitado el 20/02/2010. Refrescado con posterioridad.

martes, 6 de octubre de 2009

Perfil Virtual

Fuente de la imagen: ROverhate en pixabay
Ayer, el secretario del consejo de administración de una entidad financiera, se interesó por mi historial profesional. Sin pensar, le sugerí que tecleara mi nombre y apellidos en Google, “Manuel Velasco Carretero”, y en unas décimas de segundo tendría más de cien mil links con información relativa al perfil virtual, desde síntesis del historial profesional, hasta el videocurrículum doméstico, colgado en Youtube hace unos años y que, a propósito, es el más visitado en lo que a vídeocurriculums en ese canal se refiere, con más de ciento cincuenta y cinco mil visitas (¡Como no tengo abuela! Habrá que preparar otro más profesional), pasando por las fichas en algunas de las redes sociales virtuales en las que me encuentro integrado (Youtube, Facebook, Linkedin, Xing, etc.), por no hablar de intervenciones afortunadas y desafortunadas en distintos foros y que, a fin de cuentas, configuran mi imagen en la Red. Después de la verborrea que solté, temí haber sido un tanto peyorativo y prepotente. 

No era mi intención. Sólo intentaba poner en valor el recurso Internet y confesar que el currículo en papel no lo tenía actualizado. Creo que quedó aclarado mi sincero propósito y, al final, no me arrepentí de haber tenido ese pronto. En el post Identidad on line, te apuntaba lo que se escribía en Advertising Yourself: Building a Personal Brand through Social Networks (Knowledge @ Wharton), que la utilización de Internet, puede ser útil para el profesional que piensa en reconfigurar su carrera, de forma que su perfil adquiera una nueva dimensión comunicativa y de relaciones. Si lo necesitas, te animo a que profundices sin miedo en estos temas y te atrevas a diseñar tu perfil virtual, desde una óptica profesional, pero sincera, sin mentir, ya que son tiempos distintos a los de nuestros padres, nuestros educadores, nuestros tutores o mis hermanos mayores, y tienes que integrar la Red en tu vida empresarial o institucional (caricatura que mi familia me hizo hace unos meses, recogida en el post Absurdo). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: ROverhate en pixabay

jueves, 24 de septiembre de 2009

Sidewiki

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
En el post Abiertas e integradas[1], te comentaba lo fantástico que tenía que ser disponer de un solo perfil en Internet, con el que navegar por las distintas redes virtuales en las que estás integrado. Pues bien, ayer me bajé la herramienta Sidewiki, que posibilita incorporar mensajes o comentarios.

Incluso fotos y vídeos, cuando se visita una página web. La información que incorporas, se visualiza en la izquierda de la página implicada y será visible para los futuros visitantes que lógicamente tengan instaladas, también, la misma herramienta (gif de animaniacos.com).
____________________
[1] Velasco Carretero, Manuel. Abiertas e integradas. 2008. Sitio visitado el 24/09/2009.

martes, 9 de septiembre de 2008

Cara de funcionario

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Ayer estuve en Sevilla (España), realizando gestiones en las consejerías de Empleo y Bienestar Social de la Junta de Andalucía. Hacía calor, pero era soportable. Entro en la primera Administración y me pregunta el conserje: ¿De qué delegación viene usted? Vengo de Málaga, pero no de la delegación, respondí. Pensaba que era usted funcionario, disculpe, apuntó. Lo curioso es que en la segunda Administración, la situación fue casi idéntica: Buenos días, quisiera ver a "fulanito de tal". ¿Es usted funcionario? -el conserje fue directo al grano- Mientras esperaba a que me atendiera el departamento técnico de turno, observo la vestimenta, camisa beige y pantalón azul marino. Me miro al espejo y la misma cara de todas las mañanas. ¿Por qué me han catalogado como funcionario? No es que tenga nada en contra de ese perfil, todo lo contrario, respeto y empatía es lo que procuro día a día y eso que a veces cuesta. Por otro lado, estoy rodeado de funcionarios/as, en mi familia y allegados, por lo que las críticas en mi ámbito íntimo suelen ser lo más recatadas y objetivas posibles. ¿Se me habrán pegado sus hábitos, costumbres? Bromas aparte, tuve un atisbo de meterme en el cuerpo, cuando trabajaba y estudiaba, se me cruzaron los cables en la oficina y me presenté, junto con mis amigos/as, a unas oposiciones de tres pruebas; aprobé el primer examen con un 8,5[1], pero no me presenté al segundo, porque se me pasó el enfado con mi jefe, al aclararse el entuerto y pedirme disculpas. 

Por lo demás, he preferido practicar las instrucciones de Madre Teresa (M. Velasco, 2003)[2] en lo privado, reconociendo que en ciertas épocas, como las de las vacaciones o, sobre todo, cuando hay crisis, el funcionariado como que lo tiene menos complicado sortearla, al disponer de la seguridad de su retribución mensual, cosa que en el sector privado, puede ser distinto. Recuerdo lo recogido en el post Vocación emprendedora (M. Velasco, 2007)[3]: En Andalucía hay más universitarios (51%) que quieren ser funcionarios y hay más padres que quieren que sus hijos sean funcionarios (49%). El filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán, Max Weber, defendía la burocracia como mal menor, para que la sociedad ganara en eficacia, eficiencia e institucionalidad. Sin embargo, la definía como un instrumento de dominio social que resulta de la creciente complejidad de la sociedad, pero que acaba por esclavizarnos porque nos imposibilita para actuar con criterio propio, con libertad. A esto es a lo que Weber denominaba la racionalización basada en la autoridad legal que domina al individuo. La burocracia sigue una racionalidad técnica de tipo instrumental (conecta medios con fines), pero no ofrece las propuestas de sentido y la elección de fines que sí caracteriza a los políticos carismáticos. ¿Nace o se hace el funcionario? En fin, que puede que tenga cara de funcionario. Pues a asumirlo ¿no? Que tengas un buen día[4]. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: mvc.
_________________
[1] Cabreados los compis con mi suerte, porque decían que en tampoco tiempo era imposible prepararse el temario.
[2] Velasco-Carretero, Manuel (2003). Aspiración íntima. Sitio visitado el 09/09/2008.
[3] Velasco-Carretero, Manuel (2007). Vocación emprendedora. Sitio visitado el 09/09/2008.
[4] Foto de Max Weber, tomada en el año 1917; fuente: Wikimedia Commons. Dominio Público.