jueves, 28 de noviembre de 2019

El reto de fidelizar a un Job Hopper

Enfrente de la sede del Colegio de Abogados de Málaga (España). Fuente de la imagen: Pedro y Arturo.
En “...y a partir de 2038 a escribir las memorias”, confesaba el interés en la próxima década, de no estar revoloteando en tropecientos proyectos profesionales, centrándome en uno o dos trabajos como mucho. El texto, además de cosechar visitas por encima de la media en varias de las redes sociales virtuales profesionales donde me encuentro integrado, ha propiciado que varios perfiles relacionados con los recursos humanos, se interesaran por mantener encuentros vía Skype, adobe connect o presenciales, con la finalidad de analizar un poco más de cerca mis capacidades y sondear las posibilidades futuras de colaboración. Ayer mantuve una de estas reuniones. Arriba te dejo una de las fotos que me hicieron (supongo que para ilustrar a posibles contratadores), enfrente del Colegio de Abogados de Málaga (España), donde me citaron. 

Te cuento lo anterior porque todos los días se aprende algo. Me trasladó uno de mis interlocutores, Arturo, que a la vista de la investigación preliminar que su firma consultora había realizado del historial profesional, mi perfil se acercaba bastante al de Job Hopper. Como sabes que mi inglés es oriundo de los Montes de Málaga, el término anglosajón me sonó negativo, a modo de saltamontes o “culito de mal asiento”. Pensé que comenzábamos mal, por lo que, a riesgo de meter la pata, les trasladé ese sentimiento. “Todo lo contrario”, expresó el otro interlocutor, Pedro. Por lo visto, con esto del cambio perenne, la multiplicidad, la complexidad, la diversidad… el “saltaempleos” (también "tolva de trabajo" o jumper), es un perfil actualmente valorado y demandado en mi país, junto al senior interim manager. 

Pero realmente ¿qué es un Job Hopper? Si bien tradicionalmente se definía en sintonía a lo especificado por Silvia Martínez[1], “personas que cambian de empresa y trabajo constantemente en busca de nuevos retos y nuevas oportunidades” (aunque apunta también que existen saltaempleos positivos y negativos), en la actualidad, según Pedro, la doctrina va en línea con la puntualización de Maribel García[2]: "profesionales que tienden a cambiar de manera habitual de trabajo". “job hopper no puede ser considerado así a menos que haya cambiado 5 veces como mínimo de trabajo en menos de 10 años. La cuestión ya no es que lo que hace sea juzgado o visto como algo negativo para la organización, sino que veamos el impacto positivo que podemos recibir”. 

Siguiendo con Maribel, “se relaciona el estar mucho tiempo con ese compromiso con la empresa y precisamente se puede tachar al Job hopper de no ser leal, pero lo que hace es ser leal durante todo ese tiempo con todo lo bueno que puede aportarte”. En cuanto a las características que enumeraron mis entrevistadores, van en línea con las relacionadas por García: transversalidad, experiencia y conocimiento a disposición de la empresa contratante, aprendizaje continuo, networking y feedback "por un tubo”, ambición, adaptabilidad, reciprocidad, reflexividad… Todos los expertos consultados coinciden en un pero o, más bién, un reto: ¿Cómo deslumbrar y fidelizar a un saltaempleos? (en la proyección de su empleo a largo plazo, se entiende). 
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[1] Silvia Martínez. Graduada en Administración y Dirección de Empresas. Máster en Marketing e Investigación de Mercados. Artículo en superrhheroes.sesametime.com: “Los nuevos empleados son: Job Jumpers”. ”: Última vez visitado: 28/11/2019. 
[2] Maribel García. Especialista en Employer Branding y asesora de Gestión del Talento en las empresas. Artículo en imf-formacion.com: “Job Hopper, el saltador profesional”: Última vez visitado: 28/11/2019.