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jueves, 21 de junio de 2012

Estructural e impúdico

Fuente de la imagen: MichaelWuensch en pixabay
Curiosamente, las religiones orientales sustentan un pensamiento de la persona como integrante de lo natural, con contingente dominio o potestad dentro de sí mismo. Ayer estuve escuchando a unos ex-deportistas comentar el caso Kárate, donde presuntamente, a través del miedo y la amenaza, se amparaba una posible red de pederastia y abusos sexuales con más víctimas de la historia de España (Fuente El País). Una de las participantes, psicóloga, reflexionó acerca del uso de lo oriental en general y las artes marciales en específico que algunos individuos, para ampararse en cualquier ámbito, ya sea profesional, empresarial o personal, frecuentan estructural e impúdicamente deplorables técnicas de manipulación y control, basadas realmente en amenazas y miedo. 

Asentí con la cabeza, mientras el filósofo ampliaba la opinión anterior a las sectas de cualquier religión, a determinadas organizaciones pseudo empresariales e, incluso, políticas y sindicales. “Más mafia que lo que tradicionalmente se entiende por mafia”, espetó la psicóloga. La vida misma, concluí. Desgraciadamente, puntuales noticias o experiencias negativas que han contenido lo oriental como desencadenante del conflicto, extorsión, amedrentamiento o problema, a priori no deben empujarnos a ponerle una cruz a esa filosofía, porque lo malo no está en ella, sino en las personas que la agitan o la utilizan para sus censurables intereses personales (fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada posteriormente; fuente: MichaelWuensch en pixabay.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Lobbying de tres al cuarto

Fuente de la imagen: mhouge en pixabay
Varias veces he escrito en este blog que lo que no hagamos nosotros para salir de la crisis, no nos lo van a hacer “los otros”, ya sean éstos decadentes lobbys totalitarios, cantamañanas o temporeros. El cambio de época en el que estamos inmersos demanda empresas ágiles, impregnadas de moralidad y buen hacer, con reducidos costes de estructura, fluidos y flexibles equipos de colaboradores y dimensiones ajustadas a las realidades de sus mercados locales o comarcales, que no globales. 
Por su parte, la administración pública, obligada por el brutal déficit, cada vez más demanda el perfil de proveedor comentado en el párrafo anterior, para proyectos de colaboración realistas. Las instituciones privadas ni te cuento. 

Por lo que aquellas organizaciones que pretendan seguir trasladando sus pesadas y sobredimensionadas estructuras a sus empresas participadas o, incluso, a sus cautivos clientes, prometiendo beneficios futuros que nunca llegan, a fuerza de utilizar su denostado perfil lobby con el censurable fin de influir en las decisiones de instituciones públicas y privadas, para garantizar utópicos márgenes brutos, van cuesta abajo y sin frenos. Lo que no se sostiene económica, financiera, logística, laboral y comercialmente, es indefendible, arbitrario y quimérico, por mucho lobbying o cabildeo de tres al cuarto de sus totalitarios, impositores y ñoños directivos. 

Se necesita emprendimiento construido a base de ética, proactividad y buena gente, con técnicas de administración sencillas y, sobre todo, expeditivas, así como ceñidos costes de administración, lo que se entiende por gastos generales, incluyendo los servicios externos de todo tipo relacionados con alquileres de oficinas, gestión y coordinación. En síntesis. ofreciendo verdadero y legal valor para el cliente (dibujo de imagenes-gratis.com). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: mhouge en  pixabay.