Con parte del alumnado y profesorado del I.E.S. Antonio Gala. Fuente de la imagen: I.E.S. Antonio Gala |
En alguna que otra ocasión te he referenciado mis participaciones como ponente o invitado en distintas instituciones educativas públicas y privadas, con la finalidad de orientar a los asistentes, adolescentes y jóvenes en su mayoría, en cuestiones profesionales, laborales, políticas de empleo… Debido a que han visto algún que otro vídeo colgado en redes sociales o han “bicheado” mis datos profesionales disponibles en Internet, también se arriesgan a solicitar que cuente algunas de mis “batallitas”, como la tartamudez de la infancia y adolescencia, que comenté en “Yo tampoco me callé y ahora me alegro de ello”, el ejercicio de la auditoría interna (ver “Ni seguratas ni chivatos ni detectives”) o las vicisitudes de ser socio de una entidad de capital riesgo (descrito en “El sufrido rol de accionista minoritario”). Pues bien, invitado por María Gracia, la mañana del jueves la pasé en el Instituto Antonio Gala, de Alhaurín el Grande (Málaga, España), charlando con alumnado de ciclos formativos de grado.
Tengo la suerte de conocer a Gracia desde el año 2008, cuando yo era consejero delegado de la otrora Interempleo Andalucía, entidad de M Capital, participada por Unicaja, Cajamar... (ver “Ni tan siquiera mi lado oscuro”) y ella docente de Formación Profesional Ocupacional. Años después, volvimos a coincidir en Málaga Recurso Enológico, proyecto de formación y empleo promovido por el Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga y cofinanciado por la Junta de Andalucía (ver “La bella causa de la inserción laboral” o “Reír, llorar…”). Recuerdo su gran capacidad de trabajo en equipo, dirigiendo al alumnado hacia la consecución de los distintos objetivos pedagógicos, didácticos y de inserción laboral asignados en las programaciones, expresando sus opiniones y crítica en los foros adecuados, cualidades que le hacen ser una pieza clave dentro de cualquier proyecto formativo de su especialidad.
En cuanto al I.E.S. Antonio Gala, me agradó saber que lleva el nombre de uno de mis respetados poetas. El centro educativo dice ser el instituto más antiguo de Alhaurín el Grande, con varias décadas de vida, aunando tradición, experiencia y modernidad. Cuenta con profesionales, instalaciones y material docente acorde con los nuevos tiempos, motivado, responsable y comprometido en la consecución de los objetivos y fines educativos que nos exige la sociedad en la que nos toca vivir. Según se lee en la información disponible y que constaté in situ, su exigente oferta educativa intenta cubrir con profesionalidad, tanto las exigencias del mercado laboral de su entorno, como otras vías que abran las puertas al alumnado y propicien cumplir sus sueños de futuro. Dado que me “extendí sobremanera”, contando batallistas, no dio tiempo al apartado preguntas, por lo que he quedado con Gracia hacer un hueco en el mes de marzo para visitarlos nuevamente. Fuente de la imagen: facilitadas por la organización del instituto.