sábado, 18 de mayo de 2019

Cacahuetes emocionales

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Anda este sitio salpicado de referencias directas o indirectas a mi experiencia en el sector de la distribución en general y de la actividad de transporte y la gestión de cooperativas en específico[1]. En “Parece que fue ayer[2], de soslayo te confesaba la “limpieza de aquel suelo de cemento que por más agua que le echaba más se tragaba, de aquel Polígono de Guadalhorce con aquella calor agobiante de las cinco de la tarde…, aquellas heladas jarras de cerveza a las que me invitaban el Presidente y el Secretario después del trabajo” ¡qué buenas que estaban! 

Acompañando a la bebida, el camarero y titular del bar nos ofrecía unos cacahuetes tostados que estaban de rechupete. Te cuento lo anterior, porque a la caída del astro rey en el día de ayer, después de una áspera jornada laboral[3], me senté en el porche y, deleitándome con la aspiración a jardín que rodea el hogar - esos tomates, pimientos, cebollas... que tímidamente van germinando - egoístamente decidí darme un homenaje tomando una cerveza estilo tradicional.  Como las provisiones escaseaban, pendiente de la compra semanal, cogí una bolsa de cacahuetes. 

Lentamente los fui liberando de su habitáculo y el maridaje[4] del arachis hypogaea con la fría cerevisĭa, me transportó a esos cálidos veranos en el bar del polígono industrial donde se encontraba ubicada la administración de la cooperativa de transporte. Leo en la biblioteca global virtual que el "cardiovascular" cacahuete, rico en ácido oleico, vitaminas y proteínas, no es un fruto seco, sino una legumbre. Y ahora pienso que, también, forma parte de una emoción. Arriba te dejo una instantánea del momento. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[2] Velasco Carretero, Manuel. Parece que fue ayer. 2006. Sitio visitado el 18/05/2019.
[3]  De la que se libra la convivencia profesional con José Luis, debatiendo sobre aspectos concretos del Código Civil español, y el encuentro con Ana María, charlando sobre niños de altas capacidades intelectuales (Gracias a los dos).
[4] Sí, este concepto se suele utilizar para metafóricamente casar el sabor de una bebida, generalmente un vino, con otro alimento.