lunes, 23 de julio de 2012

Plusvalor y otras cavilaciones

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Por las declaraciones del líder del PP, Esteban González Pons, que te transcribo a continuación (Fuente: Europa Press), parece como si se hubiera leído previamente el post "Esclavos del Norte", que publiqué el domingo por la mañana: "Si no se acaba el lunes es porque el BCE no quiere o porque alguien no quiere que el BCE quiera. Puede que alguien, en contra del espíritu de la UE, quiera que España y los países del Sur no pertenezcan al mismo club que los países del Norte de Europa"

Y también en línea con algunas de las ideas desgranadas en el vídeo que ayer me recomendó un amigo sevillano, de perfil conservador, y que inserto en el post, subido a Youtube por MINUCH206, con el montaje de las opiniones de Julio Anguita sobre la crisis, el capitalismo y el Club Bilderberg. Reconozco que no es santo de mi devoción este expolítico, porque pienso que vive en un mundo más utópico todavía que el que mentalmente habité en mi adolescencia y cuando estaba activo como representante político, podía haber tenido una participación proactiva en la política y no tan negativa o reactiva.

Sin embargo, como dice el contacto Pau, vale la pena escucharlo, se comparta o no su visión o sus ideales. El caso es que, después de ver el vídeo, también me sorprendo y confieso que suscribiría casi todo. Resalto esta mañana el concepto “plusvalor”, que lo estudié a principios de la década de los ochenta del siglo pasado, en el texto “El Capital”, de Marx, como contraste entre el coste de lo que origina el empleado y la valía de la fuerza de trabajo utilizada o aplicada. Sí. Es lo que en mi grupo universitario de estudio llamábamos utilidad no retribuida, productividad neta o simplemente plusvalía, pero no me acordaba del masculino “plusvalor”.

Ahora que están tan de moda los recortes y la reducción o ampliación de jornada, según el presupuesto, la escasez, el interés, el déficit, la institución o el sector, curiosamente, en su momento Marx ya diferenciaba entre el plusvalor absoluto y el relativo. El primero se apoyaba en la extensión de la jornada laboral. El segundo se asentaba en la contracción del tiempo de trabajo, debido a las invenciones tecnológicas. Ya puestos, añadiría un tercero, plusvalor latente, para identificar la tremenda potencialidad productiva de la gran masa laboral desempleada, así como de la tercera edad.

En fin. Al menos el gustazo que me di este fin de semana, al ver que un piloto español, Fernando Alonso, con un coche italiano, Ferrari, diseñado por un griego, gana el Gran Premio de Alemania de Fórmula I. Bueno, que esta semana te sea proactiva en lo laboral, profesional, empresarial o institucional, según proceda o se tercie. Por lo demás, veremos qué pasa hoy lunes con la prima de riesgo, el BCE, la Bolsa... y seguiremos siguiendo las decisiones de los políticos, en función de las directrices de los que cortan el bacalao.