Fuente de la imagen: archivo propio |
En cuanto al enfoque o planteamiento del trabajo, cada proyecto de reestructuración "es un mundo en sí mismo", por el hecho de que cada empresa o grupo empresarial es único. En el fin de semana pasado he estado rehojeando el texto de Pedro Nueno, “Reflotando la empresa”[4], bajo el subtítulo “Cambio corporativo” (Corporate turnaround), reconociendo en la reseña que en cualquier proceso de reflotación empresarial entran tantas variables que encontrar un esquema global de tratamiento formal es impensable y raramente el éxito es atribuible a la utilización de alguna técnica sofisticada, más bien lo es el saber liderar un buen equipo de directivos y profesionales, registrándose situaciones que tienden a presentarse repetidamente en estos procesos, esquemas que permiten abordarlos mejor y consejos que pueden servir para salir mejor parados de ellas.
Coincido con Nueno en que, a pesar de todas las dificultades, los proyectos de reestructuración empresarial y de reingeniería de procesos o financiera permiten un alto nivel de experiencia y reaprendizaje a quienes colaboran o se involucran en ellos, posibilitando cambiar muchas cosas en poco tiempo “y, si se hace bien, los resultados se aprecian enseguida y esto tiende a producir satisfacción”. El enfoque del autor es eminentemente práctico y se basa en el análisis de una muestra de casos reales de reflotación empresarial o de intento de llevarla a cabo, distribuyéndose en tres categorías: situaciones vividas por el autor como consejero o consultor, situaciones investigadas directamente por el autor y situaciones investigadas por otros autores. Parte de este texto también se ha editado en el sitio book—post, bajo el título “Corporate turnaround”. Fuente de la imagen: archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Sentido común. 2013. Sitio visitado el 15/11/2021.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Como no tengo abuela... 2015. Sitio visitado el 15/11/2021.
[3] Teniendo en cuenta que en mi país es irrisorio el porcentaje de aprobación de los convenios por parte de los acreedores (sólo entre el 2% y el 10% según la fuente mercantil).
[4] Nueno, Pedro. Reflotando la empresa. Ed. Deusto. 1997.