viernes, 23 de julio de 2021

¿Alimentan las empresas españolas la inflación?

Fuente de la imagen: archivo propio
Si eres follower de este sitio, sabes que en más de una ocasión he tratado el concepto “inflación”, desde “Estanflación[1], donde a principios de este siglo refrescaba las clases de Economía del Sr. Grana (recordando los apuntes de la asignatura que te referencié en el texto “Confianza perdida[2]), hasta el reciente “Previsiones económicas para el verano europeo[3], pasando por “Euro, inflación y economía española[4], “Desaceleración de frutas y verduras[5] o “Conmoción histórica con graves consecuencias[6]. A principios de la pandemia detecté en mi ámbito territorial de actuación un aumento del precio de productos, y no me refiero al incremento del precio de la electricidad, que en mi país siempre aumenta, sino a productos de alimentación y otros de primera necesidad. Pensé que era debido a la situación de inseguridad en la que estamos, como algo coyuntural, pero pasado un tiempo, percibo que en el supermercado de turno, se siguen manteniendo esos paulatinos incrementos, convirtiéndose en algo estructural.

Observo que esta situación se da en otros países. Recientemente, Theo Francis, Thomas Gryta y Gwynn Guilford, en The Wall Street Journal, Companies Push Prices Higher, Fueling Inflation. Will They Keep Going?[7], que traducido con mi inglés de los Montes de Málaga es algo así como “Las empresas empujan los precios al alza, alimentando la inflación. ¿Seguirán adelante?”, escribían que las empresas estadounidenses comienzan a probar el alcance de su poder de fijación de precios. Según los articulistas, frente a los crecientes costes de materiales, transporte y trabajadores, las empresas están cobrando más por productos, lo que ayuda a impulsar una inflación como la que EEUU no ha visto en más de una década. Como la "Inocente rana"[9], a medida que los clientes aceptan las subidas de precios, algunas grandes empresas expresaron que esperan subir los precios aún más. Otras son más cautelosas, inseguras de si los consumidores estadounidenses tienen el apetito de absorber aumentos adicionales[8]. Fuente de la imagen: archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Estanflación. 2004. Sitio visitado el 23/07/2021.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Confianza perdida. 2013. Sitio visitado el 23/07/2021.
[3] Velasco Carretero, Manuel. Previsiones económicas para el verano europeo. 2021. Sitio visitado el 23/07/2021.
[4] Velasco Carretero, Manuel. Euro, inflación y economía española. 2018. Sitio visitado el 23/07/2021.
[5] Velasco Carretero, Manuel. Desaceleración de frutas y verduras. 2018. Sitio visitado el 23/07/2021.
[6] Velasco Carretero, Manuel. Conmoción histórica con graves consecuencias. 2020. Sitio visitado el 23/07/2021.
[7] Theo Francis, Thomas Gryta y Gwynn Guilford en The Wall Street Journal, Companies Push Prices Higher, Fueling Inflation. Will They Keep Going? The Wall Strret Journal. 2021. Sitio visitado el 23/07/2021.
[8]Apuntan los articulistas que lo que las empresas decidan contribuirá en gran medida a responder una pregunta que ha surgido en la cima de las agendas de los ejecutivos y economistas este año: ¿el reciente salto en la inflación es transitorio, como predice la Reserva Federal, o persistente, como advierten algunos ejecutivos?
[9] Velasco Carretero, Manuel. Inocente rana. 2012. Sitio visitado el 23/07/2021.