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En comparación con las previsiones económicas del verano de 2020, las proyecciones de crecimiento tanto para la zona del euro como para la UE, son ligeramente superiores para 2020 y más bajas para 2021. Esto significa que no se prevé que la producción tanto en la zona del euro como en la UE recupere su nivel anterior a la pandemia hasta 2022. El impacto económico de la pandemia ha sido muy diferente en toda la UE y lo mismo ocurre con las futuras perspectivas de recuperación[4]. El aumento del desempleo fue moderado en comparación con la caída de la actividad económica. La pérdida de puestos de trabajo y el aumento del desempleo han supuesto graves problemas para la subsistencia de muchos europeos. Las medidas políticas adoptadas por los Estados miembros, junto con las iniciativas tomadas a escala de la UE, han contribuido a amortiguar el impacto de la pandemia en los mercados laborales.
Entiende la CE que el alcance sin precedentes de las medidas adoptadas, en particular a través de los regímenes de reducción del tiempo de trabajo, ha permitido que el aumento de la tasa de desempleo siga siendo moderado en comparación con la caída de la actividad económica. Se prevé que el desempleo siga aumentando en 2021 según los Estados miembros vayan levantando las medidas de ayuda de emergencia y accedan al mercado laboral nuevas personas, pero debería mejorar en 2022 a medida que la economía siga recuperándose. De acuerdo con las previsiones, la tasa de desempleo en la zona del euro (19 Estados) aumentará del 7,5 % en 2019 al 8,3 % en 2020 y al 9,4 % en 2021, antes de bajar al 8,9 % en 2022. Se prevé que la tasa de desempleo en la UE (27 Estados) aumente del 6,7 % en 2019 al 7,7 % en 2020 y al 8,6 % en 2021, para bajar al 8,0 % en 2022.
Asimismo, la CE prevé que los déficits públicos sean muy importantes este año en toda la UE, por el aumento del gasto social y la disminución de los ingresos fiscales, tanto por las medidas políticas excepcionales destinadas a apoyar la economía como por el efecto de los estabilizadores automáticos. Según las previsiones, el déficit público agregado de la zona del euro pasará del 0,6 % del PIB en 2019 a cerca del 8,8 % en 2020, antes de disminuir al 6,4 % en 2021 y al 4,7 % en 2022. Esto refleja la reducción gradual prevista de las medidas de ayuda de emergencia a lo largo de 2021 a medida que mejore la situación económica. Como reflejo del agudo repunte de los déficits, las previsiones indican que la ratio deuda/PIB agregada de la zona del euro aumentará del 85,9 % del PIB en 2019 al 101,7 % en 2020, al 102,3 % en 2021 y al 102,6 % en 2022.
En cuanto a la inflación, se mantiene bajo control. La fuerte caída de los precios de la energía hizo que la inflación general se situara en niveles negativos en agosto y septiembre. La inflación subyacente, que abarca todo excepto la energía y los alimentos, también cayó sustancialmente durante el verano, debido a la menor demanda de servicios, especialmente de los relacionados con el turismo y los productos para uso industrial. La debilidad de la demanda, la atonía del mercado de trabajo y el fuerte tipo de cambio del euro ejercerán presiones a la baja sobre los precios. Se prevé que la inflación en la zona del euro, medida por el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), alcance una media del 0,3 % en 2020, antes de subir al 1,1 % en 2021 y al 1,3 % en 2022, a medida que los precios del petróleo se estabilicen. En la UE, las previsiones de inflación apuntan a un 0,7 % en 2020, a un 1,3 % en 2021 y a un 1,5 % en 2022. Fuente de la información: CE. Fuente de la imagen: geralt en pixabay.
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[1] European Economic Forecast. Autumn 2020. European Commisión. Sitio visitado el 06/11/2020.
[2] Las incertidumbres y los riesgos en torno a las previsiones económicas del otoño de 2020 siguen siendo excepcionalmente elevados. El principal riesgo se deriva de un agravamiento de la pandemia, que requiera medidas de salud pública más estrictas y se traduzca en un impacto más grave y duradero en la economía. Esto ha motivado un análisis de hipótesis para dos trayectorias alternativas de la evolución de la pandemia, una más benigna y otra más negativa, y su impacto económico. También existe el riesgo de que las repercusiones negativas de la pandemia en la economía, tales como las quiebras, el desempleo de larga duración y las interrupciones del suministro, puedan ser más profundas y de mayor alcance. La economía europea también se vería perjudicada si la economía y el comercio mundiales mejoraran por debajo de lo previsto o si aumentaran las tensiones comerciales. La posibilidad de tensiones en los mercados financieros es otro riesgo a la baja.
[3] En el lado positivo, NextGenerationEU, el programa de recuperación económica de la UE, que incluye el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, seguramente dará a la economía de la UE un impulso mayor de lo previsto. Esto se debe a que las previsiones solo han podido incorporar en parte los beneficios probables de estas iniciativas, ya que la información disponible en este momento sobre los planes nacionales sigue siendo limitada. Un acuerdo comercial entre la UE y el Reino Unido también tendría un impacto positivo en la economía de la UE a partir de 2021 en comparación con la hipótesis de referencia prevista para el comercio del Reino Unido y la UE sobre la base de las normas de la nación más favorecida (NMF) de la OMC.
[4] Esto refleja la propagación del virus, el rigor de las medidas de salud pública adoptadas para contenerlo, la composición sectorial de las economías nacionales y el vigor de las respuestas políticas nacionales.