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| Fuente de la imagen: quicksandala en pixabay |
Si eres follower de este sitio, conoces que en más de una ocasión he escrito sobre liderazgo. Textos como “Claves de liderazgo”, “Hackear el liderazgo”, “Calculando el valor del liderazgo” ¿De qué depende liderar? o “Descubriendo mi auténtico liderazgo”, son prueba de ello. En “Conjunto de habilidades, derivaciones y sentimientos” referenciaba a Marcelo Berenstein y sus “9 estilos de liderazgo”[1], sobre diferentes perfiles de liderazgo, que apunta como muy efectivos en estos tiempos de crisis, desde el catalogado como adaptable, hasta el liderazgo basado en fortalezas, pasando por el que se ejerce vía la inteligencia emocional, o el ser auténtico, o carismático, o el que tiene la mente ocupada, o el sin excusas, el servicial o el contador de historias. Siento no estar de acuerdo con Marcelo, tal vez porque probablemente no entienda lo que quiere decir o a dónde quiere llegar[2]. En “Multiderazgo” reflexionaba acerca de que puede existir liderazgo no enfocado en personas, sino en grupos de conocimiento o poder de influencia, que lo catalogo como el verdaderamente importante[3].
Transcribo lo anterior porque en el fin de semana pasado he estado rehojeando el texto de Stewart D. Friedman, Total Leadership: Be a Better Leader, Have a Richer Life[4], que traducido con mi inglés oriundo de los Montes de Málaga es algo así como “Liderazgo total: ser un mejor líder y disfrutar de una vida más rica”, donde el autor intenta convencerme que en el mundo turbulento que me toca vivir, mi éxito como líder no puede ser solo un objetivo en mi profesión, debo encararlo en todos los ámbitos de mi vida, ya sea trabajo, familia o espiritual, posibilitando continuamente fraternidad entre esos espacios mentales. Friedman proporciona herramientas para procurar resultados comerciales más sólidos, encontrar un propósito más claro en lo que hago, sentirme más conectado con las personas que más me importan y, por derivación, generar un cambio que sea realmente sostenible porque es bueno para mi actividad profesional, mi familia, mi ámbito de relaciones sociales, y para mi “yo interior”. Parte de este texto también se ha editado en el sitio book—post, bajo el título “Liderazgo total”. Fuente de la imagen: quicksandala en pixabay.
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[1] En emprendedoresnews.
[2] En mi opinión, no existe un líder o estilo “adaptable” ni otro “auténtico”, ni otro" carismático", ni otro "servicial", ni otro "basado en fortalezas"… En un líder podrá sobresalir más una cualidad que otra, por lo que estoy dispuesto a admitir con mucha precaución "tipos de liderazgo", pero no más. El liderazgo es precisamente ese conjunto de habilidades, derivaciones y sentimientos inventariado por Berenstein, que una persona contiene en su interior o le envuelve, de forma que un grupo, equipo, colectivo, sociedad… actúe entusiasmado en la consecución de unos objetivos o fines.
[3] Este enfoque de liderazgo permite cambios constantes en la composición de sus integrantes, a la vez que posibilita la disponibilidad de unos líderes para suplir las deficiencias de otros y, en síntesis, flexibilidad y adaptabilidad para resolver las dificultades globales.
[4] Sterwart D. Friedman. Total Leadership: Be a Better Leader, Have a Richer Life. Editorial Harvard Business School Press. 2008.