lunes, 3 de junio de 2019

El equipo emocionalmente inteligente

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Hace unos años, en “La dirección emocionalmente inteligente[1], cuando reseñaba el texto de D. R. Caruso y P. Salovey, The Emotionally Intelligent Manager: How to Develop and Use the Four Key Emotional Skills of Leadership[2], apuntaba que no cabe duda que las emociones son un importante activo de la Humanidad y se encuentran perfecta-mente legitimadas para reclamar el lugar que se merecen en nuestra vida institucional o laboral. Por tanto, es trascendental aprender a gestionar mis emociones y proponer reorientar la de mis colaboradores y colaboradoras, tanto para evitar que este paquete de sentimientos profundos no afecten negativamente al desempeño de nuestras habilidades, como para evangelizarlas en parte de la solución y de la encrucijada de mejora de la armonía, la interacción y el rendimiento del equipo al completo. 

Lo anterior viene a cuento porque en el fin de semana pasado he estado rehojeando el texto de Marcia Hughes y James Bradford, The Emotionally Intelligent Team: Understanding and Developing the Behaviors of Success[3], que traducido con mi inglés oriundo de los Montes de Málaga es algo así como “El equipo emocionalmente inteligente: comprensión y desarrollo de los comportamientos de éxito”, donde los autores intentan que comprenda cuáles son las habilidades necesarias para trabajar en equipo y guiarme en el desarrollo de comportamientos de efectividad emocional, puesto que el mundo está evolucionando de tal forma que ni mi último máster ni mi última tecnología adquirida será suficiente para asegurarme mi futuro a corto plazo. 

Según Hughes y Bradford, los numerosos indicios apuntan a la necesidad de trabajar juntos, en equipos, y la estrategia para el éxito sostenido de esos equipos no es otra que las inteligencias emocional y social. Cuando, junto al resto de los componentes de los equipos en los que estoy integrado, despliego comportamientos impregnados de inteligencias emocional y social, nos sentiremos más satisfechos, pensaremos más creativamente y, en definitiva, seremos más productivos, subyugando la actitud defensiva, creando sinergias y disfrutando el trabajo en equipo. Parte de este texto también se ha editado en el sitio BOOK—POST, bajo el título “Desarrollo de comportamientos exitosos”. Fuente de la imagen: mvc archivo propio. 
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[1] Velasco Carretero, Manuel. La dirección emocionalmente inteligente. 2015. Sitio visitado el 03/06/2019.
[2] David R. Caruso, Peter Salovey. The Emotionally Intelligent Manager: How to Develop and Use the Four Key Emotional Skills of Leadership. Editorial Jossey Bass. 2004. 
[3] Marcia Hughes y James Bradford Terrell. The Emotionally Intelligent Team: Understanding and Developing the Behaviors of Success. Editorial Jossey-Bass. 2007.