jueves, 13 de agosto de 2015

La dirección emocionalmente inteligente

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
No cabe duda que las emociones[1] se encuentran perfectamente legitimadas para reclamar el lugar que se merecen en nuestra vida institucional o laboral. Es trascendental aprender a gestionar mis emociones y reorientar la de colaboradores/as, para evitar que el paquete de sentimientos profundos no afecten negativamente al desempeño de las habilidades y para evangelizarlas como solución y encrucijada de mejora de la armonía, la interacción y el rendimiento del equipo al completo.

En The Emotionally Intelligent Manager: How to Develop and Use the Four Key Emotional Skills of Leadership[2], que traducido con mi ingles de los Montes de Málaga es algo así como “La dirección emocionalmente inteligente: Cómo desarrollar y utilizar las cuatro habilidades emocionales claves del Liderazgo”, David R. Caruso y Peter Salovey detallan una práctica jerarquía de cuatro partes de las habilidades emocionales.

Estas partes son: la identificación de las emociones, con las emociones para facilitar el pensamiento, la comprensión de las emociones y la gestión de las emociones, intentando mostrar cómo podemos medir, aprender y desarrollar cada habilidad y emplearlos de forma integrada para resolver las cuestiones, desajustes, problemas… relacionados con nuestra actividad profesional o empresarial. Si quieres acceder al texto en inglés, clickea AQUÍ, cortesía de itworkss.
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[1] Son un importante activo de la Humanidad.
[2] David R. Caruso, Peter Salovey. The Emotionally Intelligent Manager: How to Develop and Use the Four Key Emotional Skills of Leadership. Editorial Jossey Bass. 2004.