miércoles, 13 de agosto de 2025

Cuando la especialidad se convierte en servicio público

Fuente de la imagen: De diplomaturas, especialidades y titulaciones (M. Velasco, 2025)
En relación con una de las imágenes que acompaña al texto “De diplomaturas, especialidades y titulaciones” (M. Velasco, 2025)[1], confiesa Paco que no sabía de mi titulación como gestor administrativo (M. Velasco, 2021)[2], que, junto a la diplomatura en empresariales (M. Velasco, 2007)[3] y la de administrador de fincas (M. Velasco, 2007)[4], es de las que más ilusión me hace y seguro que a mi extinta madre también (M. Velasco, 2014)[5]. Y es que esta actividad es una pieza clave en el engranaje burocrático de mi país y mi recorrido profesional ilustra cómo la formación académica y la especialización se complementan. Partir del Derecho Administrativo como especialidad universitaria para luego consolidar esos conocimientos en la titulación oficial de Gestor Administrativo es un camino lógico y, a la par, enriquecedor, puesto que esta figura oficial[6] es la de un profesional altamente cualificado cuya función principal es servir de puente entre la ciudadanía, las empresas y las administraciones públicas (AAPP), perfil decisivo en un sistema donde la complejidad de los trámites, las normativas cambiantes y la burocracia pueden resultar abrumadoras para la persona física o jurídica de a pie, estando regulada en España por el Ministerio con competencias directas en la Función Pública, reglando una profesión como garantía de seguridad y eficacia.
Fuente de la imagen: Servicios de calidad para empresas y ciudadanos (M. Velasco, 2020)
A diferencia de un asesor, de un experto o de un consultor, el gestor administrativo colegiado tiene una responsabilidad legal y deontológica que respalda su trabajo, siendo los habilitados para lidiar con la maraña de procedimientos administrativos, ya sean relacionados con vehículos, extranjería, licencias, impuestos o subvenciones, con un conocimiento especializado en Derecho Administrativo que les permite interpretar la ley de manera precisa, anticipar problemas y agilizar procesos, ahorrando a sus clientes tiempo, dinero y muchos quebraderos de cabeza. En la práctica, un gestor administrativo es un aliado indefectible. Ya sea para un autónomo que necesita gestionar la documentación de su negocio, para una familia que tramita una herencia o para un particular que compra un vehículo, su labor es básica para garantizar que todo se haga de forma correcta y legal. Su rol es, en esencia, un servicio público que facilita la vida de las personas, contribuyendo a que el engranaje de la administración funcione de forma más fluida. Es una profesión que exige formación continua, rigor y una profunda vocación de servicio, demostrando que la especialización universitaria no es un fin en sí mismo, sino el punto de partida para una carrera con un impacto real en la sociedad. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
Fuente de la imagen: Va por ti, tito, estés donde estés (M. Velasco, 2021)
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2025). De diplomaturas, especialidades y titulaciones. Sitio visitado el 13/8/2025.
[2] Velasco-Carretero, Manuel (2021). Va por ti, tito, estés donde estés. Sitio visitado el 13/8/2025.
[3] Velasco-Carretero, Manuel (2007). De corazón Diplomado. Sitio visitado el 13/8/2025.
[4] Velasco-Carretero, Manuel (2007). Error, intencionalidad u olvido. Sitio visitado el 13/8/2025.
[5] Velasco-Carretero, Manuel (2014). Orgullosa de su administrador de fincas. Sitio visitado el 13/8/2025.
[6] Lejos de ser un mero intermediario.