La velada en casa de Lola y familia (M. Velasco, 2025)
[1] se convirtió en un tapiz sensorial donde cada copa y cada relato se entrelazaban con la calidez del hogar. Habíamos comenzado el atardecer con la ligereza y la gracia del Pétalos (M. Velasco, 2025)
[2] un vino que invitaba a la conversación fluida y al brindis por los recuerdos compartidos. Pero el cambio de tercio hacia el Tilenus (M. Velasco, 2024)
[3], de
Bodegas Estefanía, amparado bajo la
D.O. Bierzo, marcó un giro hacia una experiencia más profunda y reflexiva. Este tinto berciano, de uva Mencia, con su estructura robusta, sus taninos pulidos y sus notas maduras y especiadas, es un deleite para el paladar y el ancoraje perfecto para las narrativas que nos esperaban. Con su edad y complejidad, parecía susurrar historias de viñedos viejos y cosechas pacientes, preparando el ambiente para la lección de vida que estaba a punto de contar el descendiente de la anfitriona. La transición del vino más aéreo y floral a la intensidad terrenal y elegante del Tilenus reflejó la evolución natural de cualquier reunión familiar profunda: de la alegría superficial al recogimiento que permite compartir verdades esenciales.
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| Fuente de la imagen: Alacranes (M. Velasco, 2008) |
Fue precisamente en este clima de madurez y contemplación
[4], cuando el hijo de Lola intervino para narrar la famosa parábola del alacrán y el maestro (M. Velasco, 2008)
[5]. La historia, en la que el sensei intenta salvar al alacrán que se ahoga en el río, siendo picado repetidamente y aun así persiste en su intento, es una poderosa metáfora sobre la esencia y la perseverancia. El rōshi, sabiendo que la naturaleza del alacrán es picar, decide que su propia naturaleza, la de ayudar, es inmutable. Relacionar esta anécdota con la experiencia del Tilenus no es forzado; ambos elementos hablan de fidelidad a la propia esencia. El vino, con su marcada tipicidad de Mencía berciana envejecida, se mantiene fiel a su origen y a su proceso, a pesar de las adversidades de la añada o la evolución en barrica. El Tilenus no disfraza su carácter; lo realza. De manera similar, la lección del maestro y el alacrán, compartida bajo la influencia de este tinto complejo y noble, nos recordó la importancia de mantener nuestra bondad y nuestra esencia inalterable, aun cuando la vida (o la naturaleza ajena) intente "picarnos". La copa de Tilenus se convirtió así en un brindis por la tenacidad de ser fiel a los buenos propósitos.
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[3] Velasco-Carretero, Manuel (2024). Tilenus. Sitio vinopost. Visitado el 16/11/2025. [4] Creado por la rica capa y la persistencia del Tilenus en nuestras copas.
[5] Velasco-Carretero, Manuel (2008). Alacranes. Sitio visitado el 16/11/2025.