miércoles, 22 de febrero de 2023

Evolución horas trabajadas por ocupado en España

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Si eres follower de este sitio sabes que en más de una ocasión he tratado el tema de la productividad en mi país[1]. En el texto “Opciones[2] preguntaba si en la situación de crisis que vivíamos en España[3]: ¿es difícil o es fácil ser productivo conforme a los tradicionales cánones de medición del rendimiento de un trabajador, colaborador, emprendedor…? Tal vez lo de la productividad hoy sea más una extravagancia, singularidad o contrasentido, que una materialidad (o no). Las decisiones que minuto a minuto debo tomar, los tropecientos frentes que casi simultáneamente demandan mi atención y el cúmulo de micro-situaciones que socavan mi concentración y que van desaguando mi operatividad, obviamente condicionan mi productividad. Te cuento lo anterior porque parte de la tarde del martes la pasé “hojeando” el “análisis de la evolución de las horas trabajadas por ocupado en España: desarrollos tendenciales y evolución reciente”[4] realizado por María del Pilar Cuadrado y recogido en el Boletín Económico 2023/T1 del Banco de España (BE).

Para Cuadrado, el número medio de horas trabajadas por ocupado es un elemento relevante de la caracterización de la tendencia a largo plazo y de los movimientos cíclicos del empleo. Su perfil histórico descendente a lo largo de las últimas décadas ha limitado la contribución del factor trabajo al crecimiento de la producción. Esta reducción se explica por el progreso tecnológico y otros cambios estructurales acontecidos en los últimos 40 años, lo que incluye el aumento del tamaño del sector servicios, la progresiva incorporación laboral de las mujeres[5] y, más recientemente, las modificaciones en la estructura demográfica por edades. Por otro lado, las variaciones en la duración de la jornada laboral otorgan a las empresas un instrumento flexible para ajustar sus costes salariales ante perturbaciones negativas sin tener que recortar sus plantillas[6]. Los colectivos cuya jornada semanal se vio reducida en mayor medida por la pandemia son los ocupados en ramas de actividad en las que la interacción social desempeña un papel más relevante, como la hostelería, el transporte y el comercio.

Otra conclusión de la investigadora es que, actualmente, la duración media de la jornada laboral ha retornado a su perfil histórico descendente, pero, en general, las jornadas laborales son ahora inferiores en algo más de una hora que antes de la crisis sanitaria. La recuperación es menor en el caso de los trabajadores con un contrato temporal. Sin embargo, en las ramas inmobiliarias y de agricultura se ha superado la duración anterior a la pandemia. De cara al futuro, resulta previsible que el perfil de caída de las horas trabajadas por ocupado se prolongue en los próximos años. Asimismo, el progresivo envejecimiento demográfico ejercerá una presión a la baja sobre la jornada laboral media, a medida que aumente el peso de los trabajadores de más edad en el conjunto del empleo. Este último colectivo tiene, por término medio, una duración de jornada menor, aspecto que se verá reforzado por la previsible prolongación de la vida laboral a través del retraso en la edad de jubilación y por los posibles incentivos a la jubilación parcial[7]. Fuente de la información: BE.
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[1] Velasco Carretero Manuel. Estilo personal de productividad (2016), Formación vs Fermentación (2006), Gerencia y Productividad (2011), Formación vs baja productividad (2007), La cultura del trabajo (2007), Relajación = Más Productividad (2016). Sitios visitados el 22/02/2023.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Opciones. 2015. Sitio visitado el 22/03/2023.
[3] Y que desgraciadamente sigue existiendo esa situación.
[4] Cuadrado, María del Pilar. Un análisis de la evolución de las horas trabajadas por ocupado en España: desarrollos tendenciales y evolución reciente. Boletín Económico 2023/T1.Banco de España. 2023.
[5] Entre quienes es más frecuente el empleo a tiempo parcial.
[6] Un ejemplo viene dado por la pandemia, que ha originado un contexto idóneo para el uso de la duración media de la jornada laboral como instrumento de ajuste del grado de uso del factor trabajo, gracias a la utilización generalizada de los ERTE.
[7] Además, cabe esperar que continúe la ganancia de peso de los servicios dentro del conjunto de la actividad económica, lo que también tendería a reducir la cifra media de horas trabajadas.