Fuente de la imagen: pixabay |
Pues bien, el fin de semana pasado he estado re-hojeando el libro de Allen, Getting Things Done: The Art of Stress-Free Productivity[3], que traducido[4] es algo así como “Conseguir resultados: el arte de la productividad libre de estrés”, donde el autor propone el método apuntado por Pollock, GTD, para desocupar la mente, organizar los proyectos, determinar el próximo paso que hay que dar en cada uno de los frentes y fructificar toda la capacidad de la mente en cuestiones ciertamente trascendentales, al tiempo que me libero de ese estrés producido por la falta de un método organizativo eficiente.
Me gusta la premisa de Allen, por otro lado bastante simple pero a la vez profunda: mi capacidad de ser productivo es directamente proporcional a mi capacidad para relajarme. Y es que en el mundo que me toca vivir, se registra de manera exponencial un aumento de la comunicación y de la responsabilidad; las estrategias que desplegué ayer para seguir navegando en este maremágnum sencillamente hoy no funcionan, recordándome el autor que la gestión del tiempo es inútil a cada minuto de interrupción continua, por lo que para conseguir hacer cosas debo “relajarme”[5] (Fuente de la imagen: pixabay).
_________________________________[1] Velasco Carretero, Manuel. Objetivos por contexto. 2009. Sitio visitado el 05/09/2016.
[2] Pollock, How I Got a Grip on My Work week. businessweek. 2009. Sitio visitado el 05/09/2016.
[3] Allen, David. Getting Things Done: The Art of Stress-Free Productivity. Penguin Books. 2002.
[4] Con mi inglés de los Montes de Málaga.