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Resulta que me preguntó Antonia cómo me había ido en aquella “vista” en la que la numerosa “otra parte” estaba representada por un nutrido grupo de letrados y letradas. Le informé que la sentencia en primera instancia resultó favorable, si bien por debajo de las expectativas de mi representada, por lo que he acudido a segunda instancia. Pero lo desagradable fue el desarrollo de la vista, que se acentuó en los alegatos finales, con estilos “faltones” de algunos letrados, criticando presumibles intereses económicos y bordeando el "innecesario" insulto hacia mi persona.
Y va Paco y me suelta que eso significa que no lo hice tan mal, porque los abogados aplicaron la regla 38 “del Schopenhauer”. Después de las risas, porque una vez más apareció en la conversación el melancólico pensador, le pedí que se explicara y refrescara la supuesta pauta. Recogida en sus reflexiones sobre tener “siempre la razón”, trata de que cuando se advierte que el contrincante está "ganando la partida" y se va perdiendo, pues se ultraja y ofende “que algo quedará”. Empatizo mejor con el pesimismo y la brillantez. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Distrés negociador (2014), La rebelión de los inteligentes (2017), Ser que deja huella (2022). Sitios visitados el 27/05/2022.