jueves, 20 de noviembre de 2014

Distrés negociador

Fuente de la imagen: sxc.hu y elaboración propia
Se le atribuye al filósofo alemán Arthur Schopenhauer la siguiente frase: “Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los siguientes, el comentario”. Debido a infructuosas negociaciones, llevo unos días más estresado de lo normal y eso a medio plazo pienso que no es bueno. Hace unas semanas, en el marco de la disciplina Técnicas de Negociación, estuvimos viendo el estrés y cómo gestionarlo. Si bien el término viene del griego stringere, que significa “apretar”[1], parece que el primero que se dio cuenta de que estaba estresado fue el fisiólogo y médico austrohúngaro, emigrado a Canadá en la Segunda Guerra Mundial, Hans Selye, quien aplicó por primera vez este concepto a las ciencias del comportamiento humano, dándolo a conocer en su obra “El estrés de la vida”[2]. Según las ideas claves, en sus investigaciones, comprobó que muchos de sus pacientes padecían trastornos físicos que no eran causados directamente por su enfermedad, sino que venían provocados por sus respuestas individuales a ciertos estímulos ambientales.

El síntoma substancial es la presencia casi constante de ansiedad, nerviosismo o tensión[3]. Los desasosiegos y desvelos parecen saltar de un problema a otro, sea de índole familiar, interpersonal, laboral, económica, intrapersonal, etc. No voy a entrar en sus características, etapas u otros síntomas y me voy a centrar brevemente en el llamado distrés o estrés negativo en el proceso negociador, que es el que creo estoy padeciendo, ese aprender a decir "no" a tiempo o no preocuparme inútilmente. Inquietarse es conveniente porque me dispone ante circunstancias futuras impredecibles, pero lo que no debo hacer es bloquearme por preocuparme descomunalmente. Alarmarse por todo, siempre y mucho no es aconsejable para mi equilibrio emocional. Por otro lado, tal como está la vida actualmente, aprender a vivir con la incertidumbre me acompañará siempre y en el proceso negociador no suelo tener toda la información disponible en el momento que la necesito, por lo que la toma de decisiones no la haré en situación de certidumbre, todo lo contrario (Fuente de la imagen: sxc.hu y elaboración propia).
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[1] «Stress» Etymology Online. Web consultada el 20 de noviembre de 2014.
[2] Selye, Hans. The Stress of life. New York: McGraw-Hill, 1956.
[3] Incluso cuando no existen causas que las justifiquen.