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Si eres follower de este sitio, habrás detectado mi sensibilidad por todo lo que rodea al empleo y al paro en mi país. El desempleo y la precariedad laboral afecta a todas las edades, haciéndose más grande la brecha entre ricos y pobres y en peligro de extinción la clase media, si no ha desaparecido ya. En este marco social, ayer desayunamos con la buena noticia, difundida a bombo y platillo por los agentes económicos[1], de la bajada récord del paro en España en el segundo trimestre, situándose el número total de parados por debajo de los cuatro millones por primera vez desde finales de 2008. La tasa de paro se reduce al 17,2%, parece ser la más baja desde el primer trimestre de 2009 y casi diez puntos menos desde el máximo. La mayor parte del empleo creado en el último año es a tiempo completo y se concentra en el sector privado[2]. No cabe duda que las cifras de la Encuesta de la Población Activa (EPA), reflejan cierto dinamismo de la economía española, cuyo crecimiento supera el 3% en la primera parte del año, destacando la aceleración en el ritmo de creación de empleo[3].
En términos anuales, se incrementa medio punto el ritmo de creación de empleo, hasta el 2,8%, con 512.300 nuevos ocupados, casi en su totalidad en el sector privado (98,3%), con trabajos a tiempo completo (443.300 más) en mayor medida que a tiempo parcial (69.000 más) y con más contratos temporales (299.700) que indefinidos (202.800). La tasa de temporalidad se sitúa en el 26,81%, superior en más de un punto a la de hace un año. En cuanto a los datos de mi ámbito territorial de actuación, Andalucía, la comunidad autónoma ha liderado la bajada del paro. Pero en este momento de éxtasis, que coincide con el verano, no nos olvidemos que España sigue siendo el país de la Unión Europea con mayor cifra de desempleados en datos absolutos, la mayor parte de este incremento de contrataciones se ha realizado en el sector servicios (¡Ah! "la industria del turismo"[4], sobre la que te escribía no hace mucho) y, en especial, la precariedad de las contrataciones, tanto en temporalidad como en retribución.
Junto a estos interesantes datos de bajada del paro, la EPA debería profundizar e investigar comparativos decenales donde se observe, por ejemplo, la evolución de las cifras económicas relativas a los sueldos, tanto a nivel de medias absolutas como relativas, o la evolución del empleo, no en función de número de contratos, sino de horas contratadas. Tal vez, a la vista de esos nuevos comparativos, las reflexiones serían otras. Y es que laboralmente estamos tan mal en mi país, que nos da igual qué empleo, por lo que esta mañana no voy a fastidiar más la fiesta promovida por la "algarabía política y mediática de todos los colores"; hoy no importa "qué empleo", así que, parafraseando al presidente de este país cuando dijo eso de "Que viva el vino", titularé este texto con la frase: "Que viva el empleo" (fuente de la información: Ministerio de Economía del Gobierno de España; fuente de la imagen: pixabay).
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[1] Como no podía ser de otra forma, dado el rosario de información sobre corrupción, testigos y cintas de vídeo.
[2] Otro dato que considero de interés es que los hogares con todos sus miembros activos en paro caen en 117.100, hasta 1,277 millones, la cifra más baja en casi ocho años.
[3] La ocupación aumentó en 375.000 personas en el segundo trimestre, frente a una subida de 271.400 hace un año. La mayor parte se ha concentrado en el sector privado y son empleos a tiempo completo, con contratos temporales (255.900 asalariados) e indefinidos (93.600).
[4] Velasco Carretero, Manuel. La industria del turismo. 2017. Sitio visitado el 28/07/2017.