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Si eres follower de este sitio, por textos como “Ni lo uno ni lo otro”, “Juntos pero no revueltos”, ¿Laico o laicista? o “Características propias”[1], conocerás mi interés por el binomio Derecho y Religión. La mecha prendió en las clases de José Luis, en el marco del Grado en Derecho. Tiempo después, terminada la graduación, me apunté a una especialización sobre “Derecho Eclesiástico del Estado”, coordinada por Joaquín Mantecón Sancho, Catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado en la Universidad de Cantabria (España), y Enrique Herrera Ceballos, también profesor de la misma especialidad. El día de Todos los Santos lo aproveché para darle un empujón casi definitivo a los apuntes y resto de documentación. En el curso estoy estudiando el concepto, principios informadores y fuentes del Derecho Eclesiástico del Estado; el estatuto jurídico y régimen de las Confesiones religiosas y de sus entidades; el contenido y la tutela del derecho fundamental de libertad religiosa; la enseñanza de la religión en el sistema educativo público; la asistencia religiosa en las Fuerzas Armadas, centros penitenciarios y hospitales públicos; financiación y régimen económico de las Confesiones, así como los efectos civiles del matrimonio contraído en forma religiosa.
Mientras subrayaba mentalmente lo que creía más interesante, me pregunté por qué en las instituciones universitarias no se complementa la formación reglada con educación en materia de Religiones y Filosofía. En ese sentido escribía Warren Bennis, poco antes de morir, en bloomberg.com, Does Religion Belong in the B-School Curriculum?[2], que traducido con mi inglés de los Montes de Málaga es algo así como “¿La religión tiene cabida en el plan de estudios de las escuelas de negocio?”, donde apuntaba la brega de las escuelas de negocio por conseguir el objetivo “mentes globales”, a base de clases por todo el mundo, aprendizaje de lenguas de Estados en vías de desarrollo, conocimiento de culturas desconocidas… pero nada de discernimiento sobre religiones. Seguro que también se preguntaría Bennis si realmente se puede conformar la mente del universitario o postgraduado en clave global, si el “magnífico” cuadro de expertos docentes que diseñan metodológicamente e imparten pedagógicamente los excelsos programas de estudios, no incorporan acciones formativas relacionadas directamente con la Filosofía y con el estudio de las Religiones esparcidas por el globo terráqueo. Me temo que no y así nos va (fuente de la imagen: pixabay).
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Ni lo uno ni lo otro (2015), Juntos pero no revueltos (2015), ¿Laico o laicista? (2015), Características propias (2015). Sitios visitados el 02/11/2016.
[2] Bennis, Warren. Does Religion Belong in the B-School Curriculum? bloomberg.com 2013. Sitio visitado el 02/11/2016.