martes, 14 de octubre de 2025

El Eco de la Cercanía

Uno de los dibujos del proyecto de oficina en una furgoneta; fuente de la imagen: mvc (2017) archivo propio
Hace unos años, la familia estuvo pensando seriamente dejar todo el ajetreo profesional en la gran ciudad y trasladarse a un entorno rural. El proyecto no era otro que ubicarnos en una comarca desfavorecida, asentarnos en un pueblo, instalarnos y recorrer el marco territorial ofreciendo nuestros servicios profesionales en economía, derecho, empresa, gestoría administrativa, administración de fincas, auditoría externa… Estuvimos barajando varias zonas de mi país y finalmente nos centramos en dos comunidades autónomas: Castilla-La Mancha y Extremadura. Contactamos con las administraciones públicas de ambas comunidades, sorprendiéndonos gratamente del trato. De Castilla-La Mancha llegaron a llamarnos de parte del Presidente, el Excmo. Sr. D. Emiliano García-Page, que te lo conté en “Sentir la palmada” (M. Velasco, 2017)[1]. Al final, declinamos el proyecto por motivos familiares, debido a que el querubín necesitaba un seguimiento especial y en Málaga estaba ASA (M. Velasco, 2018)[2], organización que, al menos por aquellos tiempos, funcionaba bastante bien en su actividad. Te preguntarás qué comunidad elegimos finalmente y si contactaron de Extremadura. Pues sí, habíamos elegido este último lugar, en concreto el Valle del Jerte, informándonos en esa administración pública, interesándose el entorno del Presidente, el Excmo. Sr. Guillermo Fernández Vara, por el proyecto y poniéndose a nuestra disposición. Y es que la reciente noticia del fallecimiento del Excmo. Sr. Guillermo Fernández Vara, expresidente de la Junta de Extremadura, resuena en los círculos políticos, pero, también, en las anécdotas personales que definen la calidad humana de un líder. Una de esas historias, que ahora cobra un nuevo significado, es la de ese proyecto de unos profesionales que, buscando escapar del "ajetreo laboral" de la gran ciudad, pusieron sus ojos en la Extremadura rural. El plan era audaz: adquirir una furgoneta, convertirla en oficina itinerante y ofrecer servicios de consultoría en economía, derecho y administración a lo largo de una comarca. El hecho de que la presidencia se interesara personalmente por un proyecto de emprendimiento rural, por muy ambicioso que fuera, es un testimonio de la cercanía y el compromiso directo que definieron la carrera política de su titular. 
Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Los contactos revelan una prioridad en su agenda: la lucha contra la despoblación y la revitalización de la Extremadura profunda. Aquel gesto fue decisivo en la elección del territorio. La decisión se basó tanto en el atractivo de la comarca como en la motivación institucional personificada en su máximo responsable. Aunque finalmente el proyecto no se pudo materializar por motivos de fuerza mayor, la impronta de aquel contacto personal perduró. Es el matiz entre la burocracia eficiente y el liderazgo humano. La trascendencia de Guillermo (Olivenza, 1958) como figura política se entrelaza íntimamente con su persona y su profesión original: la de médico forense. Presidió la Junta en dos etapas, pero su vocación de servicio fue una constante. A nivel nacional fue reconocido como un político de talante dialogante y un defensor a ultranza del consenso territorial. Su estilo sereno, sosegado y carente de estridencias, le permitió ser una figura respetada más allá de las filas de su partido. En una época de polarización, su voz abogó siempre por el entendimiento. Él mismo definió la política como el arte de "estar siempre al lado, tender la mano, creer en la gente". Su paso previo por Consejerías de Bienestar Social y Sanidad[3] marcó su agenda. Su conocimiento del dolor y la necesidad, como médico, se tradujo en una política centrada en los servicios públicos, siendo un firme defensor de la Sanidad Pública. La anécdota de la llamada por el proyecto rural, como su trayectoria profesional, demuestra un hilo conductor: la empatía y el reconocimiento del valor de cada vida y cada iniciativa para la comunidad. No es casualidad que un líder con esta sensibilidad personal se preocupara de atraer servicios profesionales al Jerte, ni que mostrara una comprensión tan profunda por las necesidades especiales que, en última instancia, impidieron la mudanza. Con su fallecimiento, se marcha una figura clave que encarnó una forma de hacer política honesta, centrada en el territorio y, sobre todo, profundamente humana. Su legado no es solamente el de sus años de presidente sino el del político que se tomaba la molestia de descolgar el teléfono para hablar directamente con aquéllos que querían ayudar a construir un futuro para su tierra. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2017). Sentir la palmada. Sitio visitado el 14/10/2025.
[2] Velasco-Carretero, Manuel (2018). Apoyando Altas Capacidades Intelectuales. Sitio visitado el 14/10/2025.
[3] De la mano del histórico Juan Carlos Rodríguez Ibarra, al que siempre consideró su maestro.