sábado, 11 de octubre de 2025

El Espíritu de 1935: La Calidad es Cooperativa

Fuente de la imagen: Cuatro Rayas 1935. Sitio vinopost (M. Velasco, 2023)
La historia de Bodega Cuatro Rayas es la crónica de una cooperativa que se remonta a 1935, año en el que un grupo de personas viticultoras de La Seca se unieron para promover la institución (Berzal, 2025)[1]. Este acto fundacional surgió de la necesidad, buscando poner fin a la "angustiosa situación económica" y al sistema de subsistencia que afectaba a las personas productoras de la zona. La misión central de la cooperativa era clara: "el mejoramiento y cultivo de la viña y la transformación en vino, por los métodos más racionales y económicos, de la uva de los socios" (Berzal, 2025). Desde sus inicios, la entidad demostró una visión de futuro que se centró en la uva autóctona. Ya en la década de 1950, el Consejo Rector insistía en que "todo nuestro porvenir vitivinícola está supeditado a la conservación e intensificación de la vinífera verdejo" (Berzal, 2025). Este firme compromiso con la Verdejo (la cual confiere al vino mayor volumen y un matiz amargoso peculiar) permitió a la bodega consolidar la calidad que hoy define a la D.O. Rueda. Actualmente, Cuatro Rayas es uno de los referentes de la D.O. produciendo entre el 15% y el 20% del vino embotellado de Rueda, manteniendo vivo el espíritu de defensa del terruño y la calidad (Berzal, 2025).

En cuanto al vino "Cuatro Rayas 1935" (M. Velasco, 2023)[2] se erige como una celebración líquida de la tradición de la D. O. Rueda, rindiendo homenaje a todas las personas que, desde la fundación de la bodega, han labrado el prestigio de esta denominación. Este blanco se presenta con un color amarillo pálido y reflejos verdosos que auguran su frescura. En nariz, es un ejemplo rotundo de la Verdejo, ofreciendo un aroma intenso y limpio donde la potencia del hinojo y los matices anisados se fusionan con la delicadeza de la fruta blanca fresca y cítrica. Es un perfil aromático que habla de viñedos bien cuidados y de una elaboración que respeta la expresión más pura de la uva. Al degustarlo, el vino confirma su calidad con una boca fresca, equilibrada y golosa. Su paso es untuoso, redondo y con cuerpo, gracias a un posible trabajo con las lías que le aporta volumen sin sacrificar su vivacidad característica. La acidez está perfectamente integrada, sosteniendo el conjunto y prologando la experiencia sensorial. Culmina con un final largo y persistente, dejando un grato recuerdo. Concluyendo, es un placer para el paladar de quienes lo prueban y un acompañamiento gastronómico versátil[3]. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
________________
[1] Berzal de la Rosa, Enrique (2025). Bodega Cuatro Rayas 1935-2025. Ed. Bodega Cuatro Rayas.
[2] Velasco-Carretero, Manuel (2023). Cuatro Rayas 1935. Sitio vinopost. Visitado el 11/10/2025.
[3] Ideal para maridar con mariscos, arroces o pescados, demostrando la elegancia y el carácter que puede alcanzar la uva reina de Rueda.