Fuente de la imagen: archivo propio |
Sí, de esas jornadas en la que pasas de las
conversaciones superficiales, te sientes extraño y agotado en los eventos en
los que no conoces a nadie, te apetece leer “Más Platón y menos Prozac”[1] o ver
una película con mensaje, necesitas estar solo, sólo contigo mismo… Tiendo a
pensar que esos momentos no ayudan mucho en la coordinación de equipos,
proyectos, empresas o instituciones. Sin embargo, Victor Lipman escribe en Psychology Today en Forbes, Why Introverts Can Make Excellent Executives[2], que los perfiles introvertidos no son
tan malos como se piensa, perciben cuándo la contestación debe ser estratégica
y no emocional, posibilitan la comunicación con el resto, escuchan atentamente,
miden las respuestas, sortean los caminos que conducen al cataclismo, razonan…
Su voz no suena tan alta como la de un extrovertido, pero probablemente sí es
la más clara y razonada.
Coincido con Lipman en que las fortalezas de las personas
introvertidas son menos obvias pero igual de prácticas. Ahora bien, para que
estos perfiles sean exitosos, de vez en cuando deben dejar su zona de confort,
relacionándose con el grupo, hablando en público, etc. Realmente, el perfil de los
líderes proactivos contiene grados de extroversión y de introversión en distintas
proporciones, dependiendo de sus personalidades, que posibilitan la elección de
decisiones adecuadas para cada situación, equipo, proyecto, empresa o institución.
¡Hala! Me voy a contemplar la salida del Gran Premio de China de Fórmula I, a
ver qué día tiene hoy Fernando Alonso: si extrovertido o introvertido (Fuente de la imagen: elaboración propia).
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[1] Velasco Carretero, Manuel. La clarividencia de Marinoff. 2007. Sitio visitado el 20/04/2014.
[2] Lipman. Victor. Why Introverts Can Make Excellent Executives. Psychology Today Forbes. 2013. Sitio visitado el 20/04/2014 y link refrescado con posterioridad.