sábado, 11 de enero de 2014

Recaudación de arrastre

Agradable almuerzo al que asistí ayer en un céntrico restaurante, invitado por los representantes de un grupo empresarial de mi ámbito territorial de actuación (Gracias), para estudiar una posible incorporación futura. El tiempo dirá. Desde luego que agradecido estoy por las atenciones y el interés. Después de participar en una clase de Derechos Fundamentales, llegué al hogar rondando las siete de la tarde, así que me puse a preparar la cena mientras veía “Más vale tarde”, de la Sexta, sin poder evitar escuchar la previsible subida del IVA al 21% de los productos sanitarios o la ya aprobada sujeción a la cotización de conceptos laborales como el cheque comida.

Irremediablemente, se me vino a la cabeza el majestuoso refectorio del mediodía y, sin ánimo de ser descortés, el IVA reducido del 10% que con toda seguridad se habría aplicado a la factura por lo finamente servido y espléndidamente consumido. ¿Cómo se permite cobrar un impuesto reducido a un restaurante de alto standing y se quiere incrementar el IVA a productos sanitarios? Igual pregunta surge con el tipo que se aplica a las revistas pornográficas, en contraposición con el IVA de las entradas al teatro o al cine o de materiales pedagógico - didácticos. Cada día que pasa, con cada nuevo desatino, me cuesta menos entender que el legislador no carbure sobre estas cuestiones.

En cuanto a los vales de comida ¿Por qué se le da una dentellada a una retribución en especie que lo que posibilita es, entre otros efectos positivos, recargar la productividad del trabajador o trabajadora? – Ah - ¿Que lo que se pretende es perseguir el presunto fraude tipos coches alta gamas, viviendas de lujo…? A estas alturas de la película, creo que el objetivo es seguir recaudando (¿1.000 millones de euros?). Pero, en todo caso, querido legislador, al igual que se debería hacer con el IVA en la Cultura, la Restauración, la Sanidad o la Educación: centre, acote, pero no utilice "artes de pesca de arrastre" o, como decía el otro, “hacer pagar a justos por pecadores” y, mientras, la casa por barrer.