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Por si es de interés, te dejo el cuadro sinóptico con los puntos de verificación y análisis así
como el comparativo resultante[3]. Como conclusión, trasladarte que he terminado
un tanto doliente, debido a que dosis a raudales de liberalismo, conservadurismo, progresismo,
incluso republicanismo, pero denoto mucho brindis al sol, y poca chicha en la
realidad de su aplicación, a lo juego de las élites, dependiendo del contexto
histórico determinado, para somatizar a las masas[4] (ver post ¿Por qué no españolistos y singulares?[5]). La prueba más palpable la tenemos en la actual Carta Magna,
mucho derecho fundamental por doquier, pero a la hora de la verdad, quien hace
la ley, se la salta, la trampea o se la pasa por el forro (ver post “Idoneidad, necesidad y proporcionalidad”[6]). Si puedes, recarga pilas en este fin de semana.