Fuente de la imagen: elaboración propia |
Con independencia de la indiscreción y desfachatez de estos bocazas, que se creen los
amos del mundo y con licencia para todo, cierto que cuando los gerentes,
ejecutivos... se reúnen, a veces se les va
la fuerza y la lengua por la boca, cual gallitos de pelea en una boda. Pero cuando vuelven a
sus empresas ¡Otro gallo canta! Corren a esconderse en sus despachos, parapetándose en sus secretarias. A principios de año, en The Economist, “The shackled boss”[1], se describía muy bien esa situación.
Se despiertan cual Gulliver en el país de los liliputienses: con infinitos lazos y cuerdas invisibles atadas a su cuerpo, por esos individuos de
los que tanto se ha reído en la reunión con sus amigachos. Trabado despertar. Te dejo un dibujo de la silueta de Gulliver en el País de
Liliput (fuente: elaboración propia tomando como referencia una imagen del libro "Los viajes de Gulliver"[2]).
_____________________________
[1] Shumpeter. The shackled boss. The Economist. 2012. Sitio visitado el 26/09/2012.
[2] Jonathan Swift. Los viajes de Gulliver. Ed. Benjamin Motte. 1726.