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| Fuente de la imagen: AlessandroSquassoni en pixabay |
“He tomado el control de mi futuro”. Esa frase me la dijo ayer un antiguo contacto de mi etapa de docente en una escuela. Le había perdido la pista hace unos años. Salí de la ofi, con una pesada mañana encima de los hombros, y me lo encontré en calle Larios, ya entrada la tarde.
Pensaba que seguía de alto directivo en una entidad financiera de reconocido prestigio, pero, aprovechando la crisis, había dado rienda suelta a su iniciativa e innovación y puso en marcha su propio proyecto empresarial: asesoramiento en materia de inversiones y gestión de ahorros.
¿Cómo? Pregunté. Parece que existen ahorradores e inversores que, después de lo sucedido en los últimos años, desde Filesa a Madoff, no quieren confiar su dinero ni a bancos – cajas de ahorro, ni invertirlo en la Bolsa.
Quieren controlar directamente sus aplicaciones financieras, ya sea adquiriendo un bloque de viviendas, invirtiendo en una distribución de alimentos o participando en una empresa de producción ecológica, siempre que les acompañe un perfil profesional sincero, confiable y proactivo.
Exigen confianza y sinceridad por parte del consultor financiero. ¿Poco exigen? En estos tiempos que corren, no sabría qué decirte. Suerte (imagen de gifmania.com). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: AlessandroSquassoni en pixabay.