Fuente de la imagen: El arte de no hacer (M. Velasco, 2008) |
Por otro lado, si has intentado hacer bien la tarea que te encomendaron, seguro que no le habrás caído bien a algún sector o grupo con intereses distintos al proyecto en el que colaboraste. Tampoco hay que pensar mal sobre el término “ignorar”. Puede darse el caso que tú también lo practiques. En el blog Literatura, Cultura y Política[1], dice F. J. Peña (2008), texto Saber ignorar...[2] “… pero me apetece ignorar a una determinada persona... quizá sea porque se lo merece; quizá sea porque soy injusto, no lo sé, pero hay que saber teñir un tupido velo de silencio entre otras personas y tú. No todo el mundo te aporta algo positivo en la vida y no por rechazarlo eres injusto”. Lo que me ha hecho gracia, es que me suelten que no quiero contemplar mobbing a la aportación realizada en mis años de colaboración. Esas circunvalaciones cerebrales se me escapan, pero me han recordado un artículo que leí hace unos años en El País, escrito por F. Trias de Bes (2005) y A. Rovira (2005), y que, por suerte, he localizado hoy a la primera: “Reconocer el ‘mobbing"[3]. Pienso que mobbing va en la argumentación de Fernando y Alex, hacia las personas, y no hacia el reconocimiento de los trabajos realizados.
Si eso fuera así, podríamos escribir mobbing sobre los vacíos existenciales que regímenes políticos han hecho sobre sus predecesores, tapando obras y gestiones decentes y magnificando errores y meteduras de patas ¿No? ¡Uf! Ahora, al terminar de releer el artículo, vuelvo a dudar, ya que, según los autores, el mobbing tiene una característica similar: “hacer el vacío” y su objetivo fundamental es el aislamiento del asediado, por lo que si el objetivo es un ex-directivo, ex–político, ex–representante o ex–técnico, estamos en las mismas circunstancias ¿No? ¡Qué lío mental! Finalmente, también me he acordado de una frase que decía hace tiempo una persona “Tener una boca prestada” (M. Velasco, 2006)[4], una boca que estuviera en aquellos foros donde se habla o no se habla, según el caso, de profesionales, políticos, empresarios, representantes, técnicos… que por una u otra razón ya no están en la empresa o en el proyecto, ni se encuentran presentes. Boca prestada que actuara de memoria histórica de la labor realizada ¿Mucho pedir? A veces, callamos, otorgando con nuestro silencio validez a la estrategia de desinformación y abonando ese vacío institucional liderado por otros[5].
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[1] Sitio visitado el 29/11/2008.
[2] Peña Rodríguez, Francisco José (2008). Saber ignorar... Sitio Literatura, Cultura y Política. Visitado el 29/11/2008.
[3] Trías de Bes, D; Rovira, A. (2005). Reconocer el ‘mobbing. El país. Sitio visitado el 29/11/2008.
[4] Velasco-Carretero, Manuel (2006). Sabe bien y no cuesta nada. Sitio visitado el 29/11/2008.