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Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
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ace casi un año, leí un post de javimoya acerca de lo que se tarda en llegar al trabajo y del nefasto transporte público malagueño. Desde entonces, pulula en mi cabeza la forma de dejar de utilizar el viejo mates (el coche) y elegir un transporte alternativo.
Claro, cuando tengo que desplazarme a los extrarradios, por ejemplo, difícilmente encontraré un medio óptimo de viajar. El caso es que después de escuchar
la semana pasada a varias personas, que iban y venían en autobús y que con esto de la sensibilidad en el medioambiente, si te ve un cliente en el autobús hasta se lo toma a bien
[1],
el domingo decidí que tenía que intentarlo. Y así ha sido. He ajustado el horario de estancia en las oficinas
[2], de forma que pesco el autobús dos veces al día. Tres cuarto de hora, aproximadamente, por recorrido.
Una hora y media de desplazamiento por jornada laboral, que si sumo el tiempo en el automóvil y comparo, pues por ahí andamos. Cierto que el autobús va lleno en hora punta, pero no pretendo que me pongan una silla con almohadones, me den un masaje y un tentempié, mientras escucho la música que me gusta. También, todo es mejorable, pero parte de la culpa del presunto inadecuado funcionamiento de las líneas de autobuses urbanos, al menos en mi ciudad, puede estar en que muchos “señoritos/as” (entre los que me incluyo) no podemos estar 25 ó 30 minutos en pie en un transporte público y, claro, el tráfico a determinadas horas se dispara. Que tengas un buen fin de semana (ilustración del MEC). Texto rectificado posteriormente. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: mvc archivo propio.
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[1] Qué chorrada, la verdad.
[2] Las cuales se encuentran actualmente en el centro financiero de Málaga capital