Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
Un interim manager, también llamado outsourcing de dirección, director de transición o gerente del cambio (entre otros nombres), es un profesional que proporciona la ayuda directiva temporal, generalmente en el nivel ejecutivo o gerencial, a una empresa o grupo empresarial, para conseguir sus objetivos de negocio que, habitualmente, se encuentran relacionados con la administración de una situación de crisis, la implantación de una nueva estrategia global, la docencia y tutoría a un equipo directivo joven e inexperto, o la gestión del cambio.
Este director de transición debe poseer una combinación de destrezas, incluyendo la capacidad de funcionar en base a objetivos muy sensibles. Por otro lado, debe ser apolítico y disfrutar de excelentes habilidades comunicativas. La relación con la empresa cliente puede instrumentarse bien como trabajador por cuenta ajena, autónomo o socio de una sociedad profesional. Los objetivos generalmente son definidos de mutuo acuerdo con la empresa y el marco temporal de ejecución de un servicio de este tipo se desliza desde los 4 a los 18 meses, pudiendo, en raras ocasiones, superar la barrera de los dos años.
Se sufre y se aprende mucho y hay que tener un alto nivel emocional, porque no siempre se desenvuelven los acontecimientos tal y como se prevén en la versión 0.0 del imprescindible plan estratégico. En lo que a las secuelas os comento que, en mi caso, cuando termino la relación con la empresa sufro bastante y lo paso muy mal al ser muy intensa la interacción humana, el fluir de sentimientos y la identificación con el negocio. Algo se desgarra en mi interior y percibo que un granito de mi ser se queda en esa organización.
Disfruto de muy buenas relaciones personales con la mayoría de los socios, consejos de administración y resto de colaboradores de las instituciones en las que he realizado un servicio profesional de esas características. Desde aquí un cálido abrazo a todas y a todos.
_____________________
[1] Y, sobre todo, porque su utilización se detecta, como mínimo, a finales de la década de los sesenta en Europa y, especialmente, EEUU.