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En síntesis, la compostura ante la vida misma. Mas tarde, no es que sea un camino de rosas, pero, muy probablemente, se suavizará la dura vereda de la búsqueda. Luego están las otras caras de la moneda. Por ejemplo, que se te suba tu currículo o historial profesional a la cabeza y no aceptes un trabajo por menos de xxxxxx euros brutos anuales. Hay que tener mucho cuidado con esas percepciones. Igualmente, se puede dar el caso de la empresa que quiere "pescada a precio de bacalailla", que se quiera aprovechar de las circunstancias, que devalúe consciente y subjetivamente tu historial o que pretenda hacerte pasar por un sinuoso, subjetivo y larguísimo sendero de integración para ser miembro de pleno derecho del equipo. Todo eso también hay que evitarlo, salvo cuestión de fuerza mayor; es decir, que necesites el "currelo" por asuntos económicos o de aprendizaje. Ante esta situación, aconsejo sinceridad profesional, tanto con el empresario como, sobre todo, con uno mismo. Creedme, el Sol sale al día siguiente.
Hace un tiempo, después de finalizar una sensible experiencia laboral, que me desorientó y entristeció hasta el punto de replantearme seriamente si merecía la pena el camino profesional que transitaba, me ofrecieron una colaboración en un decente proyecto empresarial, en el que había trabajado hace años y con el que me sentía identificado con algunos aspectos de la dirección. Pues bien, el puesto que me brindaban parecía súper interesante, de hecho era el mismo planteamiento que también me propusieron hace años; el ambiente agradable y la corporación importante; vamos que con lo decaído que estaba (y sin trabajo), era para haberlo cogido con los ojos cerrados. Pero, por honradez profesional ante el empresario y ante mí mismo, procurando ser objetivo, evalué la actividad, su proyección y la cuantificación económica por mis servicios. Le puse un precio que, curiosamente, coincidía con el que habíamos estado negociando años atrás.
Después de unos días de reflexión por su parte, me dijeron: ¡Manuel, no puede ser, eres muy caro! Agradezco la sinceridad. Se me vino a la cabeza la famosa frase de Deming[1]: “Las cosas no son caras o baratas por sí mismas, sino con relación a otras”[2]. Dicho de otra forma: las cosas no son caras o baratas per se; son caras o baratas contrastadas con el beneficio que aportan y comparadas con otras cosas. Interpreté que podían disponer de otro perfil, similar al mío, que le iba a brindar los servicios profesionales que demandaban a un precio inferior y a una calidad igual o superior. Yo, por mí mismo, no soy caro o barato, sino en relación con otra persona. Espero os te sirva de algo esta experiencia y, al menos, hayáis pasado unos minutos agradables. (Formato mejorado con posterioridad. Fuente de la imagen: sxc.hu). Fuente de la imagen: mvc elaboración propia.
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[1] Walton, Mary. The Deming Management Method. The Putnam Publishing Group. 1986.
[2] Edwards Deming. Estadístico promotor del concepto de calidad total.