viernes, 7 de noviembre de 2025

Solamente: Tensión entre Norma, IA y Estilo Personal

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Observo cómo la lengua[1] modela y desestructura sus usos cotidianos, siendo un ejemplo claro de esta incesante mutación la trilogía de voces que giran en torno al concepto de exclusividad o limitación: "solo", "sólo" y "solamente". Es cierto que, en su función de adverbio con el significado de únicamente, "solo" y "solamente" son intercambiables, siendo esta última una forma más enfática o, si queremos, más solemne y extensa, quizás por ese sufijo -mente que la dota de un aire de formalidad. Históricamente, "sólo" con tilde diacrítica sirvió a quienes hablábamos y escribíamos la lengua para diferenciar sin ambigüedad este uso adverbial (solamente) del adjetivo (sin compañía), una distinción que, si bien la Real Academia Española (RAE) determinó no obligatoria[2], sigue generando un debate lingüístico que calienta los ánimos de puristas y pragmatistas por igual. Lo innegable es que la tendencia actual, impulsada por la economía del lenguaje y la omnipresencia de la comunicación digital rápida —hasta por los modelos de entrenamiento de las IAG[3], que parecen haber abrazado el conciso "no solo... sino también..." como patrón casi exclusivo—, ha inclinado la balanza de manera abrumadora hacia la forma breve, "solo"[4]. Esta preferencia por la sencillez ha relegado a "solamente" a un lugar más bien periférico, a una elección consciente que se siente deliberada, casi anacrónica, reservada a contextos formales o a quienes sienten una nostalgia gramatical por su cadencia y sonoridad.

Y, sin embargo, en este panorama de simplificación lingüística y desuso, practico el acto personal de resistencia o, mejor dicho, de preferencia consciente, que me lleva a utilizar "solamente", inclusive a sabiendas de que estoy navegando a contracorriente de la norma social y de la tendencia digital. Este gesto no lo catalogo como una incorrección, sino una reafirmación de la variedad y la riqueza del español, una elección estilística que pone el acento en el matiz y que se permite el lujo de ocupar un poco más de espacio y tiempo en la enunciación. Hay algo en ese solamente que me resuena con una precisión emocional o una cadencia rítmica que la forma monosilábica "solo" no logra capturar. Quizás sea un intento de recuperar la diferencia clara que la tilde en "sólo" intentaba sostener, una manera indirecta de asegurar que la intención de únicamente quede grabada sin fisuras en la mente de quien lee o escucha. Al abrazar el uso de "solamente", incluso con la consciencia de que la IAG o la juventud de la lengua lo están apartando, estoy ejerciendo mi libertad lingüística, honrando las múltiples formas que el español me ofrece para expresar la misma idea y, de paso, manteniendo viva una hermosa palabra que se resiste a ser solamente un recuerdo. En última instancia, todas estas variantes son válidas, pero es la elección personal de quien habla o escribe la que le otorga su verdadero peso y significado en el vasto universo de la comunicación. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Como ente vivo y dinámico.
[2] Desde la publicación de la Ortografía de la lengua española en 2010 y que posteriormente revisó para permitir la tilde opcional solo en casos de ambigüedad real.
[3] Inteligencias Artificiales Generativas.
[4] Mayoritariamente sin tilde.