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Fuente de la imagen: Heritage Tourism in China. Sitio book—post (M. Velasco, 2017) |
El Capítulo 1 introduce una "abundante literatura" sobre estos temas, pero el lector recibe poca guía sobre cómo y por qué esta investigación previa es relevante en el contexto específico de un libro descriptivo sobre la gobernanza del patrimonio chino. Las críticas más severas de Pedersen se dirigen a la práctica académica del autor y al uso de fuentes. Señala que el Capítulo 2, al establecer el contexto histórico y la relevancia contemporánea de los sitios analizados (el templo, cementerio y mansión familiar de Confucio en Qufu; el Monte Tai; el templo taoísta Taiqing en el Monte Lao; y los memoriales de la Guerra Sino-Japonesa en la Isla Liugong), "desprecia flagrantemente las obras históricas estándar y las buenas prácticas académicas", optando por referenciar una multitud de "fuentes partidistas" en lugar de literatura académica. Un "ejemplo más atroz" se encuentra en el Capítulo 3, donde un informe de viaje de 2002 publicado por un periódico de un país extranjero (EE. UU)[4]. se utiliza para respaldar una afirmación y las palabras son "levantadas casi ad litteram de la fuente sin comillas". Pedersen recalca que esto no es un caso aislado de "descuido", ya que frases completas que describen el sitio del Patrimonio Mundial de Qufu son incorporadas "letra por letra del sitio web de la UNESCO sin comillas". Además, declaraciones "hiperbólicas" de informes periódicos chinos a la UNESCO también se repiten literalmente, de nuevo, sin comillas. Pedersen considera que estos son "ejemplos de plagio flagrante" y que este "re-empaquetamiento" de textos laudatorios de la UNESCO como fuentes "aparentemente imparciales" contradice el compromiso declarado del libro con una "perspectiva construccionista".
En lugar de investigar críticamente cómo se producen y certifican internacionalmente los informes de los sitios de la UNESCO, el autor simplemente los emplea como "descripciones fácticas". Pedersen observa una inconsistencia, ya que los capítulos posteriores sí analizan el uso del patrimonio con fines políticos en China de manera más crítica, lo que hace que la falta de rigor anterior sea "aún más chocante". En cuanto al análisis, los capítulos 4 a 6 contienen la mayor parte de éste, mostrando cómo las partes interesadas compiten por el poder en la gestión del patrimonio chino. El autor encontró que la creciente descentralización del poder del estado al gobierno local ha permitido a las autoridades locales afirmar más influencia sobre la gestión del patrimonio, lo que ha llevado a nuevas asociaciones con actores comerciales. Sin embargo, esta descentralización también ha generado problemas como sistemas de gestión superpuestos y una división del trabajo poco clara, destacando la privatización y comercialización de sitios turísticos, que en algunos casos han causado daño a los sitios y escándalos públicos. A pesar de las "descripciones exhaustivas de los sitios y su administración" en estos capítulos, la articulista sostiene que los análisis "luchan con el marco conceptual del estudio", que busca "contabilizar cada factor imaginable", lo que lleva a "declaraciones audaces que rozan lo insignificante" y a una "enumeración interminable" que resulta prosa "frustrantemente repetitiva", llegando a un "nivel completamente nuevo" al repetir oraciones completas del Capítulo 1 "casi palabra por palabra" en el Capítulo 3. Finalmente, Sune pregunta si el manuscrito fue leído por un editor antes de su publicación[5][6].
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2017). Heritage Tourism in China. Sitio book—post. Visitado el 11/8/2025.
[2] Hongliang Yan (2017). Heritage Tourism in China: Modernity, Identity and Sustainability. Ed. Channel View Publications.
[3] Sune Bechmann Pedersen (2020) Heritage tourism in China: modernity, identity and sustainability, Journal of Tourism History, 12:3, 321-323, DOI: 10.1080/1755182X.2020.1846888.
[4] En línea del Partido Comunista.
[5] Considera que su publicación por una "editorial seria" es un "misterio", dado el "descarado desprecio de las buenas prácticas académicas y numerosos ejemplos de plagio descarado.
[6] Se ha utilizado iAG copilot para estructurar las ideas de la articulista Pedersen.