viernes, 7 de abril de 2023

Contra el edadismo: conocimiento, filosofía y emoción

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
No hace mucho, escribía B. Ferreras en elDiario.es, “Edadismo como discriminación: el candidato de más edad recibe la mitad de llamadas para entrevistas de trabajo[1], que unos informes encargados por el Gobierno vasco proponen optar por currículos ciegos, sin que ponga la edad, para evitar que se deje fuera de la actividad laboral a los mayores de 45 años. Según Ferreras, “existe el edadismo en la contratación. El trabajador mayor de 45 años tiene mucho más difícil estar activo en el mercado de trabajo. No hay más que ver la edad de los trabajadores que pierden los primeros sus puestos de trabajo en un ERE, o los años que tienen de forma habitual los parados de larga duración, independientemente de su formación o experiencia laboral”. Y si le añades seguir directrices existenciales como la de la Madre Teresa[2], pues más complicado se pone la situación.

Si eres follower de este sitio sabes que profesionalmente me adentré en mi década de los cuarenta y poco después en la de los cincuenta (en Hasta 2038 y más allá![3] escribía hasta cuando tengo previsto trabajar). Textos como “Transición laboral a partir de los 40 años” o ¿Cuánto tiempo profesional me queda?[4] es prueba de ello. En “Los que peor lo pasan[5] te apuntaba que el “paso de los años” en el aspecto laboral daña a muchas personas en mi ámbito territorial de actuación, Andalucía, que se encuentran en plenas facultades profesionales y que ya no se cuenta con ellas porque tienen determinada edad. Evidentemente, tenemos un gran problema con el paro juvenil[6], pero también tenemos un gran problema con el paro de los mayores de cincuenta años[7]. La cuestión no es tanto la edad como la política y los valores de la propia sociedad española[8], junto al conocimiento de uno mismo, cultivar filosofía de la existencia y aplicar emoción.

Ciertamente, para la mayoría de los que cruzamos ese “rubicón”, se complica sobremanera la búsqueda de un nuevo empleo o la propia y necesaria transición laboral hacia otros puestos de trabajo. Lo he vivido y lo he sentido en mis propias carnes. Sin ir más lejos, en “Los séniores no quieren contratar a otros séniores[9] te dejaba a pie de texto, link al vídeo “Los viejos no quieren a viejos”, resultando que los directivos y empresarios séniores no quieren a otros séniores, comentando la experiencia vivida: necesitaba volver a Málaga para centrarme en el doctorado y remití esa necesidad a unos cuantos contactos cercanos relacionados con la selección de personal. Sólo un diez por ciento retroalimentaron proactivamente. La mayoría “Manolo, qué guapo eres y qué tipo tienes” y hasta la fecha. Y a unos pocos aplicar el dicho "si te he visto, no me acuerdo”.

La Vida continuamente nos pone a cada uno en el lugar que nos corresponde. Llegó el día después y aquí estoy, manteniendo el tipo en la escuela de doctorado y saliendo todos los días a esa “selva” a seguir “trayendo alimento al hogar”, mediante el continuo afilamiento y engrase de las armas y herramientas de que dispongo y a la ayuda de “buena gente” (ver "Me gusta la gente..."[10]), sean antiguos compañeros y compañeras, excolaboradores y colaboradoras o exclientes y otras “terceras partes” con las que antaño me he cruzado en mi caminar (Muchísimas Gracias). Si estás en los tramos de los 40, 50, 60… o conoces a alguien en esa situación, reiterar que “otro mundo es posible”, y recordar ejemplos como el de Fernando Alonso[11], que tiene más de cuarenta años, en una profesión para la que supuestamente a esa edad te califican poco más que un “vejete”. No te preocupes, pero sí ocúpate y sé feliz.

Finalmente, como te insinuaba en “Transición laboral a partir de los 40 años”, el quid de la estrategia contra el edadismo se encuentra en el enfoque emocional que tengamos, junto a conocer nuestras “debilidades”, sin acobardarse, y las “cosas buenas”, sin que nos creamos el “ombligo del mundo”. Las debilidades las debemos de saber para poner solución en el sentido de reciclaje, lógicamente en las susceptibles de solución; si no se pueden subsanar o solventar pues asumir esa falta de competencia. Las cosas buenas en el sentido de mejorarlas aún más y, llegado el momento[12] ponerlas en valor o utilizarlas, pero, reitero, sin que se nos suba a la cabeza, en el sentido de “qué guapo soy y qué tipo tengo”. Otro aspecto que debemos seguir practicando es el networking[13], lo que Tom Lambert denomina “trabajando la red de contactos"[14]  Así que a todos/as afectados/as, mucho ánimo y "a coger el toro por los cuernos"[15].
_________________________
[2] Velasco Carretero, Manuel. Aspiración íntima. 2003. Sitio visitado el 07/04/2023.
[3]  Velasco Carretero, Manuel. ver Hasta 2038 y más allá!. 2019. Sitio visitado el 07/04/2023.
[4] Velasco Carretero, Manuel. Transición laboral a partir de los 40 años (2022), ¿Cuánto tiempo profesional me queda? (2015). Sitios visitados el 07/04/2023.
[5] Velasco Carretero, Manuel. Los que peor lo pasan. 2015. Sitio visitado el 07/04/2023.
[6] Y con el trabajo basura de la mayoría de los jóvenes que laboran, por no expresar los que tienen que emigrar.
[7] Y el vía crucis precario de la mayoría de los que aún trabajan en esa edad.
[8] Curioso, vuelvo a los valores cual ying y yang inseparables.
[9] Velasco Carretero, Manuel. Los séniores no quieren contratar a otros séniores. 2022. Sitio visitado el 07/04/2023.
[10] Velasco Carretero, Manuel. Me gusta la gente.... 2012. Sitio visitado el 07/04/2023.
[12] Entrevista, ejecución de la tarea…
[13] Velasco Carretero, Manuel Networking. 2006. Sitio visitado el 07/04/2023.
[14] ¡Ojo! he utilizado el verbo “seguir”, lo que significa que cuando trabajamos, más que nunca debemos cuidar nuestra red de contactos, no solo cuando estamos en modo “vacas flacas”.
[15] Fuente de la imagen: mvc archivo propio.