lunes, 15 de agosto de 2022

Ponga un filósofo o filósofa en su empresa

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Si eres follower de este sitio sabes que la filosofía es una de las estrellas invitadas. Textos como "Je pense, donc je suis - Pienso, luego existo", "La leyenda urbana de los Simpson", ¿Quién eres? o ¿De dónde viene el mundo?[1], son prueba de ello. Creo que la filosofía hoy es más necesaria que nunca. La conocí en el Bachillerato, con las historias de Don Ramón Corrales y la vez que se dejó a su mujer en una gasolinera, o los test de altas capacidades (antes lo denominaban superdotados), que hizo que Terroba y el que te escribe disimularan los resultados que arrojaban las plantillas, porque no eran normales y no queríamos complicaciones, problemas que seguro hubieran sido considerados benditos para el claustro de profesores pero que, al menos en mi caso, era una contrariedad más que se unía a la tartamudez y resto de inseguridades de un preadolescente en un nuevo mundo que empezaba a conocer, dada su incorporación tardía al colegio (ver "El maltrato profesor-alumno" o "Diálogos con Abul-Beka"[2]).

Ya la definición básica del Diccionario de la Real Academia de la lengua Española (DRAE) es también profunda: filosofía como ese “conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano”. Siguiendo a A. Grayling[3], K. Evans y J. Teichmann[4], vía la filosofía se intenta dar respuesta a cuestiones fundamentales como pueden ser la existencia, el conocimiento, la razón, la moral o la religión. Pero no toda la doctrina está de acuerdo con su instrucción, sobre todo en la enseñanza en las etapas tempranas (niñez y adolescencia). A este respecto, R. González escribe en El Confidencial que “enseñar Filosofía a los adolescentes no tiene ninguna lógica[5], puesto que “quien no tiene plena conciencia de la muerte o no ha sufrido las frustraciones del amor, el sexo y la amistad no puede ni remotamente comprender esta disciplina”. No puedo estar más en desacuerdo con González; precisamente en la adolescencia, incluso antes, hay que trabajar la filosofía para entenderla y practicarla para ayudar en esas cuestiones trascendentales.

Le recuerdo a González que la raíz latina de adolescencia, adolescere, se traduce por caminar, crecer, hacia la fase madura o adulta. En ese periodo de tránsito o cambio es muy recomendable conocer y saber practicar los principios filosóficos y sus respectivas corrientes para comprender desde los cambios corporales hasta los místicos o espirituales. Reitero que en la actualidad es muy necesario conocer y practicar la filosofía, estando cada vez más recomendada en la actividad empresarial en general y en determinados sectores en específico, como puede ser el tecnológico o todo lo que rodea a la sostenibilidad. A título orientativo y como refuerzo a esa tesis, traigo a colación el artículo de J. Ruiz acerca de la filosofía aplicada a la empresa[6], donde el autor intenta responder al por qué grandes corporaciones —como Google, o Microsoft— están incorporando a filósofos en sus plantillas. Coincido con Ruiz en que practicando filosofía se piensa mejor, ayudando a transformar los ecosistemas empresariales.

Te cuento todo lo anterior porque en el fin de semana pasado he estado rehojeando “El viaje de Teo”[7], de Catherine Clément, libro que recomiendo a González y resto de alineados en el frente de no enseñar filosofía. La autora, filósofa y viajera, intenta responder a la pregunta de la existencia de Dios, mediante un viaje de Jerusalén a Benarés, pasando por Delfos, Dakar, Rio de Janeiro, Yakarta, Nueva York, Kioto, El Cairo… vuelta al mundo de las religiones donde se va posibilitando una respuesta distinta en cada uno de los lugares visitados. Se escribe en la reseña que, como si de una odisea espiritual se tratase, el viaje por continentes, culturas, costumbres y ritos sagrados, permite al preadolescente el encuentro con diferente sabiduría, para posibilitar la apertura de su espíritu y prepararse para el verdadero viaje que le aguarda: el de la vida. Parte de este texto también se ha editado en el sitio book—post, bajo el título “El viaje de Teo”. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. ¿Quién eres? o ¿De dónde viene el mundo? (2020), Je pense, donc je suis - Pienso, luego existo (2022), La leyenda urbana de los Simpson (2019). Sitios visitados el 15/08/2022.
[2] Velasco Carretero, Manuel. El maltrato profesor-alumno 2006(), Diálogos con Abul-Beka (2008). Sitios visitados el 15/08/2022.
[3] Grayling, A. C. Philosophy: A Guide through the Subject. Oxford University Press. 1998.
[4] Teichmann, Jenny; Evans, Katherine C. Philosophy: A Beginner's Guide. Blackwell Publishing. 1999.
[5] González Férriz, Ramón. “Enseñar Filosofía a los adolescentes no tiene ninguna lógica”. El Confidencial. 2022. Sitio visitado el 15/08/2022.
[6] Ruiz Fernández, Javier. La filosofía aplicada a la empresa. 2020. Sitio visitado el 15/08/2022.
[7] Clément, Catherine. El viaje de Teo. Ed. Siruela. 1998.