lunes, 24 de enero de 2022

Tratar a tiranos y agresivos sin ser como ellos

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
En “Yo jefe, tú perro[1], a partir del dicho “antes de ser cura, fui monaguillo”, te confesaba que previamente a ser lo que soy, me parece que en el trabajo ejercí de ser autoritario o, al menos, más despótico de lo que hoy pueda ser. Al inicio de mi actividad profesional, los que me conocían me catalogaban como el típico profesional dominante. Por lo visto, me encantaba dirigir a las personas que me rodeaban y tolerancia cero a que se me llevara la contraria. Algún amigo de entonces, que supongo me quería mucho, se sinceró y me confesó que en la oficina caminaba por la frontera del avasallamiento, estrujando al equipo hasta conseguir el objetivo. Por suerte, se registró un punto de inflexión en mi caminar. Las nuevas situaciones empresariales que me encontré en la vereda de la Vida, me empujaron a querer evolucionar hacia otro estadio o perfil en la línea de lo recogido en “Elijo ser bueno[2].

Por otro lado, eso de tratar dominantemente al equipo, como si sus miembros fueran caninos, a lo “yo jefe, tú perro”, afortunadamente hoy lo considero técnica trasnochada, del pasado[3]. Te cuento lo anterior porque en el fin de semana pasado he estado re-hojeando “Jefes tiranos y ejecutivos agresivos”[4], de R. Shapiro, M. Jankowski y J. Dale. Se apunta en la sinopsis que evitar a los tiranos y los avasalladores es, por desgracia, imposible, pero sí puedo aprender cómo comportarme y salir airoso de los encuentros con ellos. Y es que los individuos  complicados pueden hacer un infierno de cualquier día normal; cada conversación es un conflicto, cada venta una prueba, cada contrato un dolor de cabeza, cada reunión una batalla. Están en todas partes, en el trabajo, en un restaurante, en el vecindario, incluso en nuestra propia familia.

Y lo peor es que, para superarlo, a veces corro el riesgo de convertirme en uno de ellos. Los autores, ilustrando con ejemplos reales de la vida cotidiana, intentan ofrecerme las claves para evitarlo, con planteamientos que van desde la neutralización de las emociones, hasta cómo descubrir las diferentes opciones que permiten salir del encuentro, pasando por identificar ante qué tipo de persona difícil me enfrento ¿Es un tipo difícil ocasionalmente? ¿Forma parte de su carácter? o cómo manejar el encuentro. En síntesis, procuran prepararme para saber cómo reaccionar antes incluso de que se produzca un enfrentamiento y así dar un paso en el camino de la gestión proactiva de mi vida y mi entorno. Parte de este texto se ha editado en el sitio book—post, bajo el título “Jefes tiranos y ejecutivos agresivos”. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Yo jefe, tú perro. 2011. Sitio visitado el 24/01/2022.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Elijo ser bueno. 2010. Sitio visitado el 24/01/2022.
[3] En cuanto a ser simpático, no lo creo, pero reconozco que últimamente admiro cada vez más a la gente que en lo cotidiano, hace reír a otra gente. Finalmente, respecto a si tengo cualidades de liderazgo, ni idea y, en todo caso, ni me preocupa saberlo ni corresponde auto evaluarme.
[4] Shapiro, Ronald M; Jankowski, Mark A; Dale, James. Jefes tiranos y ejecutivos agresivos. 2006. Ed. Unar. 2006.