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El MEI tendrá dos componentes. El primero consiste en la reactivación del Fondo de Reserva (FR) de la Seguridad Social mediante una aportación finalista entre 2023 y 2032. La aportación será de 0,6 puntos porcentuales de la cotización por contingencias comunes, repartido entre la empresa y el trabajador con la misma distribución que en las cotizaciones sociales y actuará como "válvula de seguridad" del sistema a partir de 2033, en el caso de que haya un desvío de la previsión de gasto en pensiones para 2050. En el caso de que no se diera una desviación de la senda de gasto previsto, no se aplicará ninguna medida y se planteará la utilización de los recursos del fondo de reserva para reducir las cotizaciones sociales o mejorar la cuantía de las pensiones.
Si a partir de 2033 se apreciara en los Informes de Envejecimiento[3] de la Comisión Europea (CE), una desviación de la previsión de gasto en pensiones a 2050 respecto al informe de 2024[4], se utilizará este Fondo, con un límite de disposición anual del 0,2% del Producto Interior Bruto (PIB). Si la disposición de activos del FR no fuera suficiente, el Gobierno negociará con los interlocutores sociales para su elevación al Pacto de Toledo, de acuerdo con sus recomendaciones, una propuesta que, de forma equilibrada, se dirija bien a reducir el porcentaje de gasto en pensiones en términos de PIB, bien a incrementar el tipo de cotización u otras fórmulas alternativas para aumentar los ingresos. Fuente de la información: MISSSyM; fuente de la imagen: geralt en pixabay.
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[1] Sustituye al Factor de Sostenibilidad (FS) incluido en la reforma de 2013 y, a diferencia de éste, será de aplicación contingente y temporal.
[2] Evitando los recortes en la pensión inicial que suponía el Factor de Sostenibilidad, especialmente entre los más jóvenes.
[3] Ageing Report.
[4] Que se usará como referencia.