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Para la OIT, es un concepto que busca expresar lo que debería ser, en el mundo globalizado, un buen trabajo o un empleo digno: ese “trabajo que dignifica y permite el desarrollo de las propias capacidades no es cualquier trabajo”. Por lo anterior, no sería decente el trabajo que "se realiza sin respeto a los principios y derechos laborales fundamentales, ni el que no permite un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado, sin discriminación de género o de cualquier otro tipo, ni el que se lleva a cabo sin protección social, ni aquel que excluye el diálogo social y el tripartismo". Levaggi piensa que el trabajo decente contribuirá a "estabilizar un modelo de desarrollo --en democracia-- que ponga al centro a la persona", como humano "y resulte, por ende, promotor de la inclusión".
Recientemente, los titulares de los Ministerios de Trabajo de Estados Unidos y de mi país se han puesto a colaborar en el objetivo común del trabajo decente cimentado en salarios dignos, condiciones de trabajo justas, mayor seguridad y salud en el trabajo e igualdad y no discriminación, elementos que califican de "indisociables del empleo de calidad e imprescindible para mejorar el bienestar social de ambos países". Contribuir a mejorar la vida de los ciudadanos y ciudadanas es para las dos administraciones públicas un objetivo más prioritario que nunca para superar de manera justa los efectos económicos y sociales de la pandemia que las personas más vulnerables han sufrido de manera más acentuada. Fuente de la imagen: Kollinger en pixabay.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Trabajo digno: aspiración esencial del ser humano (2019), Regulación en España del trabajo remoto-flexible (2021) ¿Viaje trascendental hacia el trabajo decente? (2021). Sitios visitados el 21/09/2021.
[2] Somavia, Juan. Trabajo decente, 87 Conferencia Internacional del Trabajo. Ginebra. 1999. Documento visitado el 21/09/2021.