lunes, 11 de mayo de 2020

Un país entero frente a su mayor reto

Fuente de la imagen: archivo propio
Recomendó Salvador que estudiara el trabajo de Eduard Punset, “La España Impertinente”[1]. Le contesté que ya lo había leído y espetó: “Pues es hora que lo vuelvas a repasar” (Gracias, Salva). El texto me lo regalaron en el año 1987, pillándome en pleno fragor de la entrada de mi país en la Unión Europea (bueno, en aquellos momentos denominada “Comunidad Europea”). Como los consejos del amigo son siempre oportunos y serios, en este fin de semana he rescatado el libro de la estantería (arriba te dejo una instantánea de la portada) y lo he estado rehojeando, descubriendo la similitud en algunos aspectos, de la España de aquellos años con la actual. 

Intenta el respetado y extinto Punset (nos dejó el año pasado), vincular lo cotidiano y personal, el escenario en el que todos solemos reconocernos fácilmente, a la reflexión que de ahí dimana sobre nuestro comportamiento como “españolistos”. Coincido con el autor que en aquellos momentos (década de los ochenta del siglo pasado), España, que presumiblemente emergía de la miseria económica y recién incorporada a la entendida como democracia occidental, se convirtió en un tubo de ensayos, donde confluían doctrinas y experimentos provenientes del resto del mundo. Te doy alguna que otra pincelada, sin ánimo de “spoilear”. 

Por ejemplo, escribe Punset en el prólogo que una de las grandes paradojas de España consiste en que las tres esferas supuestamente concéntricas del poder[2], la innovación y los conocimientos “están dislocadas como ruedas ajenas sin un eje común”, de forma que no se innova, “los innovadores y los profesionales de la ciencia no detentan más poder que el de las ideas, y la información y la tecnología crecen guiadas por sus propios impulsos”. Si perteneces a la ciudadanía española ¿No te suena de rabiosa actualidad? En opinión de Eduardo, la solución pasa por “reordenar concéntricamente las esferas” en torno al “centro de gravedad de los sistemas inteligentes”. 

Parafraseando y trasladando otra reflexión de Punset a la situación actual consecuencia de la pandemia que estamos padeciendo, me da la impresión que España se está convirtiendo nuevamente en un tubo de ensayo, donde “confluyen doctrinas y experimentos” tanto promocionados en el interior como exportados hacia nosotros desde otros exclusivos centros de poder mundiales. Lo que no sé es si ahora, como antes, “la capacidad de aprendizaje de los españoles” sigue intacta, puesto que estos presumibles cuarenta años de democracia también pueden condicionar y, obviamente, influir en el actual desenvolvimiento social y político que se ensaya. Parte de este texto también se ha editado en el sitio book--post, bajo el título “La España impertinente”. Fuente de la imagen: archivo propio. 
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[1] Punset, E. La España impertinente”. Editorial Espasa Calpe. 1987. 
[2] “Todos los impulsos civilizadores del pasado se ha caracterizado por una esfera del Poder sustentada en otra de mayor diámetro formada por los innovadores, y ésta, a su vez, enmarcada por otra todavía mayor y concéntrica perfilada por los detentadores de la información y conocimientos acumulados”.