lunes, 23 de marzo de 2020

Propiciar la constante ebullición

Imagen del maestro M. Nakayama. Fuente: archivo propio
En “Equipo del DO”, editado hace más de una década, te referencié el texto del maestro Masatoshi Nakayama, “Compendio de Kárate superior”[1]. Pues bien, dado que tanto cuerpo como mente necesitan ejercicio y meditación como superación de este obligado confinamiento para vencer al coronavirus, en el fin de semana pasado he estado rehojeando los dos primeros libros. Nakayama, alumno de Gichin Funakoshi, es considerado el padre del kárate (o karate) moderno. En la colección (ocho tomos), el maestro brinda de una forma pedagógica y didáctica sus experiencias, correcciones, anotaciones… acerca de la evolución de este arte marcial en las últimas décadas, verificando íntegramente todas sus convenciones prácticas. 

Cuenta el maestro Félix Sáez Fernández, en el prólogo del libro primero, que “una vieja semblanza del Kárate representa a éste como un gran recipiente de agua hirviendo, el cual, si bien requiere mucho tiempo y esfuerzo ponerlo en ebullición, es fácil mantener después ésta, con tal de que una pequeña llama actúe sobre él, siempre y cuando esta llama sea constante”. En opinión de Sáez, Nakayama propicia la constante ebullición del Kárate, ofreciéndonos con el compendio el combustible necesario para mantener la llama. Parte de este texto también se ha editado en el sitio book—post, bajo el título “Compendio de Kárate Superior”. Fuente de la imagen: portada del primer libro; archivo propio. 
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[1] M. Nakayama. Karate Superior. Compendio. Editorial FHER, S.A: 1979.