En el Museo del Vino Málaga, observando el arte de la venenciadora |
También, saludé a los bodegueros y otras personalidades que se encontraban allí. Incluido mi compañero de máster jurídico, José Miguel y, por supuesto, a parte del equipo de control y gestión del Consejo: Vanessa, Jose y Javier. Todo un lujo. Arriba te dejo una instantánea que me captaron con la venenciadora que me ofreció un fresquísimo moscatel. Después del preceptivo paseo por el centro, repusimos fuerzas en Treintaytres Resto bar, donde degustamos una ensaladilla con melva, unos huevos rotos y otras tapas. No tenía la suerte de conocer el establecimiento, así que aplaudo la recomendación de Jesús. Por cierto, los aseos muy limpios (se agradece siempre y en estos días de feria aún más)[4]. Por lo demás, de días de feria todavía quedan mañana y el sábado. Como apunta el refranero ¿No querías caldo? Pues toma dos tazas. Cansa un poco el protocolo, pero con experiencias como las que te he contado, se hace más llevadero y, como decía el otro, “que no falte”. Parte de este texto se ha publicado igualmente en los sitios VINOPOST, bajo el título "Feria de Málaga 2018", y GASTROPOST, bajo el título "Treintaytres Resto Bar".
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Explosión Sensorial. 2018, Sitio visitado el 17/01/2018.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Nuestros Museos en un vistazo. 2018, Sitio visitado el 17/01/2018.
[3] Para más información sobre este producto, ver artículo de Ignacio en el SUR. Sitio visitado el 17/08/2018.