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La instantánea que acompaña es de una maceta con hierbabuena y lavanda, regalo del viernes de unos amigos (Gracias) y que, irremediablemente, sus fragancias me transportaron a momentos de la niñez, cuando en los fríos inviernos serranos, la madre preparaba calentito caldo del cocido, con trozos de hogaza del día anterior y una hoja de hierbabuena, conocido el plato en mi ámbito territorial de actuación como "sopa de pan con hierbabuena".
Generalmente, en días anteriores se había preparado el cocido, con garbanzos, gallina, costilla salada y poco más (opcionalmente tocino, hueso, carne de cerdo…), extrayendo el caldo a guardar para los días posteriores. Luego, se procedía a incorporar más agua, para recuperar líquido y, creo, se le echaba la berza. En relación al caldo, además de la sopa de pan comentada, también solía mi madre utilizarlo en plan sopa de picadillo (trozos de jamón picado, huevo duro…).
En cuanto a la lavanda, recuerdo levemente su fragancia en las habitaciones interiores y en algún motivo decorativo. Dicen que es buena para trabajar la ansiedad y el estrés, además de remedio para cierta artritis, lumbalgias, jaquecas… También, desde antaño la planta se utiliza para la fabricación de perfumes, jabones y otros enjuagues aromáticos. A continuación te dejo un vídeo, subido a Youtube por Cocina con Carmen, con el proceso de elaboración de un caldo de pollo.