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¿Cuáles son esos baluartes, habilidades, en los que me hago más fuerte al dominarlos? Por mi bien venidero debo estar al tanto de esas destrezas. Los expertos dicen que son una mezcolanza de capacidad, aptitud, mente, pericia, arte, hábito y práctica. Cuando conozca esas posiciones de poder, no cabe duda que podré aplicarlas mejor en el día a día, en la selva que recorro para cazar alimento para traer a casa, lo que implica que debo transmitir a mi gente esas maestrías así como conocer las suyas, de forma que integremos y complementemos las distintas capacidades del grupo, lo que propiciará multiplicar su efectividad, su rendimiento, su capacidad de resultado (fuente de la imagen: pixabay).
Pero ¿Cómo aplico esas artes profesionales en mi empresa, institución o profesión? En primer lugar es conveniente saber cuál es el aporte de valor de cada habilidad a mi cotidianeidad, tanto a nivel individual como en la colectividad en la que convivo. Obviamente, también deberé inventariar las coyunturas propicias que me permitan poner en práctica esas mañas, armonizándolas e integrándolas en mis tareas. Finalmente, es favorable el conocimiento de otras experiencias y destrezas que aviven e inciten a las que ya poseo, de forma que se reestructuren, rejuvenezcan y mejoren en el camino, como si del pájaro protagonista de Juan Salvador Gaviota se tratara (ver post “El ascenso karateca”[1]).
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[1] Velasco Carretero, Manuel. El ascenso karateca. 2007. Sitio visitado el 06/10/2015.