Fuente de la imagen: msm 2014 |
La merienda de ayer la realicé en compañía de Antonio y Paco, que andan preocupados con los avances en la tecnología y su repercusión
en el incremento del paro. Pensaba que esa incógnita, si no resuelta, estaba
superada desde hace un tiempo, pero no, sigue erre que erre en la mente de
algunas personas, y no sin sentido, que es lo preocupante. Desde la robotización cada vez más envolvente, hasta la
nube, generan un enrarecido ambiente tecnológico que influye en el ciclo de vida de las ocupaciones, acelerando la caducidad, obsolescencia o muerte de perfiles
laborales, empresariales, institucionales o profesionales.
Cierto que las
soluciones actuales, por ejemplo Internet y todo lo que rodea a la Red, han
propiciado una circulación de la información, el conocimiento, como nunca antes
había sido conocido. Pero, también, empuja a la paulatina y cada vez más
intensa sustitución de los individuos en el mercado, sea éste empresarial o
laboral. La balanza entre creación y destrucción de empleos en esta
era tecnológica, se inclina hacia el segundo plato, ante la impasible mirada de
la clase dirigente, el frote de manos de los de siempre y la preocupación de
los sociólogos y algún que otro despistado antropólogo.
El desempleo actual en mi país, tanto cuantitativo, número de
personas, como cualitativo, itinerarios laborales y formativos además de
extensión a todas las edades, va a ser muy difícil de encauzar, consecuencia de
la inanición de los Poderes del Estado y del progreso tecnológico en sí,
generando situaciones absurdas, como los anuncios en los medios de comunicación donde el trabajador o
trabajadora tiene que pagar por trabajar. Te dejo un dibujo que me hicieron de espaldas, mientras
hacía como que estudiaba, de color verde, como el tecnológico y natural futuro que anhelo.