lunes, 5 de noviembre de 2012

Lluvia de ideas

Fuente de la imagne: mvc archivo propio

Enfocamos profesionalmente el penúltimo mes de este complejo año, con ganas y deseando dar todo lo que se pueda. Ayer, con la excusa de un arroz con gambas, maridado con un blanco afrutado de la Denominación de Origen Sierras de Málaga, y los previos comentarios acerca del agua caída el sábado, debatimos sobre la técnica de trabajo grupal denominada “lluvia de ideas”, también conocida como “tormenta de ideas” (Brainstorming). Y llegamos a la conclusión que o bien está sobrevalorada o bien no es tan efectiva como parece o la encorsetamos tanto que, al final, más que lluvia, parece diarrea (perdón por la palabra). 

Recuerdo una sesión de este tipo, que propuse para obtener el parecer de los distintos equipos sobre un tema estratégico, organizada en noviembre de 1998, cuando colaboraba en un proyecto de reorganización empresarial en Granada, Grupo Tadel. Vinieron directivos/as de las distintas delegaciones (Madrid, Barcelona, Murcia…) y nos juntamos un nutrido grupo de mentes pensantes. ¿Qué provocó en mi cerebro la sensación de no haber conseguido los objetivos previstos? Probablemente las presuntas condiciones o restricciones establecidas por mi parte, como no criticar temas concretos, no debatir cuestiones locales, enfoque generalista…

Estimo que la crítica es fundamental y si es constructiva, mejor que mejor. Por otro lado, si tendemos a lo genérico, el riesgo de ser superficiales se acrecienta exponencialmente. Creo que lo importante es posibilitar la libre circulación de soluciones, ideas, a lo de lluvia creativa, corriendo el trance de que pueda convertirse en tormenta o “lluvión”, ya que, en el peor de los casos, siempre será mejor a que sólo caigan cuatro gotas. Que esta semana te sea beneficiosa en lo profesional, laboral, institucional o empresarial (fuente del dibujo: Wikimedia Commons; autor: Agripolare). Imagen incorporada posteriormente; fuente: mvc archivo propio.