miércoles, 19 de septiembre de 2012

Líder magnánimo

Fuente de la imagen: oadtz en pixabay
Anteayer, transitando junto a un contacto por el Mercado de Atarazanas, camino de Alameda de Colón (Málaga, España), recordábamos el perfil de una, en su momento, dirección general que los dos conocíamos, de esas que venderían a su madre si hiciera falta. 
Ambos somos damnificados de sus malas artes, pero a estas alturas de la crisis, nos alegramos de haber tenido esas traumáticas experiencias. Por otro lado, a veces, la providencia cierra el ciclo y algunos individuos, antes de visitar al Creador, se encuentran de golpe en la Vida con todo lo negativo que han labrado en su caminar.

Dejando a un lado esas excepciones, lo cierto es que en mi ámbito territorial de actuación todavía no se percibe una evolución sustancial en la forma de ser de muchos altos ejecutivos, gerentes, directivos... tránsito de personalidad que debiera ser propiciado ya por el cambio de época en el que estamos inmersos. En un futuro espero que esto no suceda y la cuota de directivos filantrópicos supere con creces a la de los idiotas, pero hoy me cuesta encontrar un perfil humilde, agradable, auténtico, sensible y diligente, lo que se empieza a conocer en otros países como “líder siervo” y que lo renombro como “líder magnánimo”.

Anhelo que los proyectos exitosos del futuro sean coliderados por personas que, por ejemplo, guarden un plumero en su despacho por si coyunturalmente tienen que quitar el polvo del mobiliario, hablen proactivamente (no hipócritamente) con toda su empresa o institución, sea con un miembro del consejo de administración o con un recepcionista, sean tolerantes, proactivos… y, además de todo eso, sus almas dispongan de un código de ética y moralidad muy distinto a los que circulan todavía. Entonces, sólo entonces, saldremos de la crisis con dignidad y expectativas de un futuro mejor (Fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: oadtz en pixabay.