En el post "Destrucción creativa", comentaba la parte positiva de una recesión de órdago, como la que estamos viviendo. Pero he descubierto otra ventaja. Mientras esperábamos el segundo plato de un almuerzo de trabajo, ayer le comentaba al contacto Julio la sensación que tuve por la mañana, transitando en automóvil hacia el centro de Málaga, sin apenas circulación. Recordé que hace unos años, la hora punta de un martes cualquiera era mortal, con atascos por doquier, ya estuvieras en la circunvalación, callejeando o buscando plaza de aparcamiento. A veces, te exasperabas y tenías que respirar a lo mantra. Cuando llegué al parking y paré el vehículo, sentí una inmensa tristeza y añoré aquellos tiempos de bullicio, bocinazos y tensión circulatoria. Bendito agobio, pensé.
De acuerdo que los últimos nudos y ampliaciones viales abiertos, propician el descongestionamiento del tráfico, pero también es cierto que Málaga (España), se une a las ciudades europeas con altas tasas de desempleo y precio de los carburantes por las nubes. No hay que realizar un exhaustivo estudio de investigación, subvencionado con fondos públicos europeos o mundiales, para deducir que la fluidez de la circulación en hora punta se debe a la crisis y no a una mejora de la gestión de las calles, carreteras, autopistas y autovías, pero no me extrañaría que presuntos políticos, inaugurando alguna vía reconvertida a peaje, pretendieran apuntarse ese falso tanto. Te dejo la foto, con Julio, consejero en Reddium y socio de Empreners.