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El jueves pasado, nos confesaba el contacto Rafael la dificultad que tiene a la hora de coordinar el trabajo de varios cerebritos que contrató al inicio de año. El hombre lleva siete meses intentando dirigir a estas personas e integrarlas en el resto de los equipos de trabajo. Es consciente que necesita su saber hacer y ellos saben que él lo sabe.
Lo bueno es que son inteligentes. Lo malo es que no les gusta que les coordinen, dirijan, tener alguien por encima, convivir con otros. Piensan que el hecho de sobresalir en sus profesiones o actividades les legitima para rápidas escaladas de puestos, no convivencia con el resto de los humanos y derroche de altanería, soberbia y menosprecio.
El contacto Antonio sugirió que tuviera un trato con ellos basado en la consideración, la correspondencia y la gratitud, estableciendo puentes de comunicación donde se explique la cultura empresarial, se argumenten los perfiles del resto de las personas y el fin y los objetivos del barco donde navegan.
También, en la medida de lo posible, se les debería suavizar los protocolos y regímenes interiores de la organización, posibilitándoles zonas de conocimiento y desarrollo de sus proyectos individuales. De esta forma, se propiciará el desarrollo y la lozanía de esos intelectos, que harán progresar y engrandecer a la institución.
Gracias, Antonio, Rafael, por el momento de reflexión. Por lo demás, que tengas una agradable semana (dibujo de imagenes-gratis.net). Imagen incorporada posteriormente; fuente: ElisaRiva en pixabay.