miércoles, 25 de mayo de 2011

¡Vete a la mierda, hombre!

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Ayer, después de presenciar cómo se atendía deplorablemente a unos visitantes de una institución abierta al público, resoplé y pensé: “No sabe la suerte que tiene”, al tiempo que se me venía a la mente la dulzura con la que el alcalde del pueblo de la película "Amanece que no es poco" le decía al protagonista, Teodoro: "Vete a la mierda, hombre". El caso es que hay personas detrás de un mostrador que parece que están suplicando que se les despida. Será porque los candidatos engañan a los seleccionadores[1], el caso es que se siguen contratando a personas que no desempeñan bien su cometido comercial.

No es fácil ser un decente vendedor. Tampoco difícil. Debo ser vendedor en la extensión de sentir que tengo que realizar la venta, no por los cuartos en sí, sino como la consecución de un objetivo que mejora mi autoestima e imagen. Por otro lado, si procuro tener empatía con el cliente, es decir, ponerme en su lugar, a la hora de vender un producto, posibilitaré el intercambio de información que puede catalizar la venta presente y futura. Te dejo el vídeo con unas escenas de la comedia española "Amanece que no es poco", con motivo del resultado de las elecciones en el pueblo, subido a Youtube por Nevsly.
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[1] O porque los procesos de selección no identifican adecuadamente a los buenos vendedores.